Economía

Javier Marín: el canterano de Emilio Botín que ‘roba’ ricos a la gran banca

El exconsejero delegado del Santander empuja para crear una gran entidad de banca privada independiente, pero se le resiste la compra de A&G.

  • Javier Marín, consejero delegado de Singular Bank

“Hago lo que sé, hacer banca. Me divierte”. Con esta declaración de intenciones regresó al escenario bancario hace cinco años Javier Marín, exconsejero delegado del Santander que fue de la máxima confianza de Emilio Botín. Justo antes de que se declarara la pandemia del Covid, se lanzaba de la mano del fondo de private equity estadounidense Warburg Pincus en el negocio de la banca privada, con una clara intención: pelear de tú a tú con los grandes bancos que controlan el negocio de los ricos.

Una ambición que puso sobre la mesa en 2021 con la compra de la actividad de banca privada de UBS en España. Con esta operación, Singular Bank, la firma de la que Javier Marín ejerce como primer ejecutivo, dio un salto considerable en los altos patrimonios y se convirtió en la primera entidad independiente del país, con un tamaño de unos 20.000 millones bajo gestión.

Javier Marín nunca ha escondido sus ansias de crecer con adquisiciones en España, pero se le resiste dar un “nuevo zarpazo”, como indican fuentes financieras. En este nuevo salto sería clave la fusión con la boutique A&G, cuyas negociaciones estaban avanzadas pero que han chocado por el reparto de poder en una posible entidad combinada.

  • Marín creció junto a Emilio Botín en plena expansión internacional del Santander
  • El fondo Warburg Pincus ya intentó comprar la banca privada del Popular para aterrizar en España
  • Con la boutique A&G, Singular Bank crearía una entidad independiente de 30.000 millones de activos bajo gestión

Pero el banquero sabe de primera mano que ganar tamaño requiere tiempo. Ya lo vivió como uno de los hombres de confianza de Emilio Botín en la conversión del Santander en un gigante global. Salvando las distancias, estar cerca del histórico banquero le labró como un protagonista de primera fila de compras y fusiones bancarias. De hecho, esta experiencia fue una de sus grandes bazas para que Emilio Botín le confiara el cargo de número dos tras la salida de Alfredo Sáenz.

Máximo responsable de Banif

Con la compra de A&G, crearía una entidad de cerca de 30.000 millones de euros de activos bajo gestión, que le daría más capacidad de arañar cuota en el ránking de altos patrimonios. Este negocio está controlado en España por las unidades de grandes patrimonios de los grandes bancos, como el Santander, CaixaBank y BBVA.

Marín es un perfecto conocedor del negocio de ricos. Antes de su ascenso a CEO, fue el máximo responsable de Banif, en donde el Santander englobó la actividad de banca privada desde 1962 al 2013. Y ya conocía de las intenciones de su socio Warburg Pincus, que ya había intentado desembarcar en este negocio con la compra de la división de altos patrimonios del Popular unos años antes de su resolución por parte de Europa.

Emilio Botín, presidente Banco SantanderEmilio Botín. 

El exCEO del Santander y el fondo de private equity vieron la oportunidad de no tener que empezar de cero y se lanzaron a la compra de Selfbank a Société Générale para crear Singular Bank. Además de la compra de UBS, la entidad ha fusionado los negocios de Quintet, Belgravia y MG Valores, sociedades especializadas en este segmento de la banca tradicional. Esta experiencia para integrar es lo que da un “plus” a Javier Marín para intentar la adquisición de A&G, como indican fuentes del sector.

Renuncia de los 7 millones de prejubilación del Santander

Ambas entidades cuentan con licencia bancaria, lo que facilitaría una fusión. Una hipotética integración crearía una boutique con más de 800 empleados repartidos por España y casi una treintena de oficinas en las grandes ciudades. La operación se podría cerrar por unos 200 millones, pero el escollo está ahora mismo en cómo repartir el peso de los equipos directivos.

“No podía quedarme quieto”, itía Javier Marín en 2020 en el relanzamiento de Singular Bank. Y parece que esta promesa la tiene grabada a fuego a los 59 años y tras rechazar una prejubilación de oro a los 48 años, cuando salió del Santander. Tuvo que renunciar a parte de los 7 millones pactados con el grupo de Botín para seguir siendo banquero. Y ahora amenaza con convertirse en un quebradero de cabeza en el negocio de los ricos.  

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