La Gerencia de Emergencias Sanitarias de Castilla y León atendió un total de 288.728 llamadas durante 2024, distribuidas entre las provincias de la región. León lideró con 52.031 llamadas, seguida por Valladolid con 64.910, mientras que Soria registró el menor número con 9.713. En cuanto a personas atendidas, Valladolid también encabezó la lista con 65.583, y Soria nuevamente tuvo la cifra más baja con 9.875. Este volumen de llamadas refleja la importancia de un sistema de emergencias eficiente y bien coordinado, capaz de gestionar la demanda en toda la comunidad autónoma.
Distribución de recursos en emergencias
De todas las solicitudes de asistencia urgente, solo un 9% se resolvió sin necesidad de movilizar recursos, lo que subraya la importancia de las unidades de emergencia en el 91% de los casos restantes. Castilla y León cuenta con 194 unidades asistenciales, incluidas 51 Unidades de Soporte Vital Avanzado (USVA) y 143 Unidades de Soporte Vital Básico (USVB). Las USVA se dividen en 23 Unidades Medicalizadas de Emergencias (UME), 5 de Enfermería de Emergencias, 19 de transporte interhospitalario y 4 helicópteros medicalizados. Estos recursos son fundamentales para garantizar una atención sanitaria rápida y efectiva en situaciones críticas.
El 78,7% de los recursos se movilizaron durante el día, de 8:00 a 22:00, mientras que el 21,3% restante se activó en horario nocturno. Las Unidades Medicalizadas de Emergencias (UME) y de enfermería realizaron 27.632 intervenciones, mientras que las USVB llevaron a cabo 233.068. Los helicópteros sanitarios participaron en 2.037 operaciones, y el transporte interhospitalario en 9.447. Además, Atención Primaria gestionó 33.310 casos, y 291 intervenciones se realizaron con otros recursos, como ambulancias de comunidades autónomas vecinas o de instituciones como Cruz Roja.
Los traumatismos fueron la causa más común de llamadas al Centro Coordinador de Urgencias
La eficiencia en la respuesta se refleja en que el número de recursos movilizados supera al de llamadas, ya que algunos incidentes requieren múltiples unidades. El objetivo es ofrecer soluciones rápidas y especializadas, con un tiempo medio de 2 minutos y 54 segundos desde que una llamada llega al Centro Coordinador de Urgencias (CCU) hasta que se moviliza un recurso. El tiempo medio de llegada de una UME al lugar del incidente es de 12 minutos y 45 segundos, mientras que las USVB tardan 13 minutos y 51 segundos. Estos tiempos son cruciales para la atención de emergencias.
Causas de las llamadas a emergencias
Los traumatismos fueron la causa más común de llamadas al Centro Coordinador de Urgencias, representando el 22,7% del total. Las enfermedades del aparato nervioso motivaron el 14% de las llamadas, seguidas por problemas respiratorios con un 12%, circulatorios con un 9,7%, y trastornos mentales con un 7,9%. Un 32% de las solicitudes de asistencia correspondieron a otras causas no clasificadas en estos grupos, como patologías no urgentes.
Esta diversidad de casos resalta la necesidad de un sistema de emergencias versátil y preparado para enfrentar una amplia gama de situaciones médicas. En 2024, los accidentes de tráfico generaron la atención de 5.540 personas por parte de la Gerencia de Emergencias Sanitarias. Valladolid registró el mayor número de casos con 1.181, mientras que Soria tuvo el menor con 198.
Estas cifras subrayan la importancia de la atención rápida y efectiva en situaciones de emergencia vial, donde cada minuto cuenta para salvar vidas y minimizar las secuelas de los accidentes. La distribución provincial de estos casos refleja la variabilidad en la incidencia de accidentes de tráfico en la región. La Gerencia de Emergencias Sanitarias de Castilla y León continúa trabajando para mejorar sus tiempos de respuesta y la calidad de la atención que brinda a los ciudadanos. A través de la optimización de recursos y la coordinación eficiente, se busca garantizar que cada llamada de emergencia reciba la atención necesaria, minimizando el tiempo de espera y maximizando la eficacia de las intervenciones. La inversión en tecnología y formación del personal sanitario son aspectos clave para mantener y mejorar el servicio de emergencias en la comunidad.