Gracias a tecnologías 3D y otras herramientas digitales avanzadas, el arqueólogo español Juan de Lara ha logrado resolver uno de los grandes misterios de la arquitectura antigua: cómo se iluminaba el interior del Partenón de Atenas hace 2.500 años.
En su estudio titulado Iluminando el Partenón, publicado en la reconocida revista científica The Annual of the British School at Athens, De Lara reconstruye cómo habría sido la experiencia visual de un griego del siglo V a.C. al ingresar a este santuario dedicado a Atenea, la diosa de la sabiduría en la mitología helénica.
“Todos hemos visto desde fuera templos griegos. Están en todas partes, en toda la arquitectura europea neoclásica, en las formas dóricas o jónicas, pero la mayoría de las reconstrucciones no ha capturado cómo era realmente entrar en uno de estos templos”, explicó De Lara, profesor de Historia del Arte y Arqueología en la Universidad de Oxford.
Utilizando software de modelado tridimensional, el investigador reprodujo fielmente la estructura del Partenón, con una desviación mínima de apenas dos centímetros respecto a las dimensiones originales. En esta simulación incluyó la majestuosa estatua de Atenea, hecha de marfil y oro y esculpida por Fidias en el año 438 a.C., que se alzaba a 12 metros de altura dentro del templo.
Además, asignó a cada superficie del modelo digital sus propiedades físicas reales, como los niveles de reflexión de la luz. “Este trabajo hace diez años no se podría haber hecho”, señaló De Lara en una entrevista por videollamada desde Atenas, recogida por Efe.
Explicó que sólo en tiempos recientes han surgido las herramientas necesarias para recrear con alta precisión el comportamiento de la luz al interactuar con diferentes materiales en entornos reales. “La luz rebota en cada superficie y cada una de estas conlleva información que se redistribuye sobre, por ejemplo, mi camisa, mi piel, el color, la pared o el cielo azul. Todo esto mezcla los colores y tiene un impacto en la iluminación”, comentó De Lara, quien inició su carrera en el mundo de los videojuegos como director artístico.
La aparición de la diosa
Entonces, ¿qué veía realmente un griego del siglo V a.C. al cruzar el umbral del Partenón? Basado en sus simulaciones y estudios previos sobre el tema, De Lara concluye que el templo era un espacio interior bastante oscuro. Sin embargo, los constructores del Partenón demostraron una notable inteligencia al colocar una estatua imponente, hecha con materiales como el oro y el marfil, que reflejan intensamente la luz.
“Cuando se abría la puerta del templo, un rayo de luz penetraba el interior e iluminaba directamente a la estatua de Atenea. Desde la oscuridad, la figura de la diosa parecía emerger y avanzar hacia el visitante. Era una auténtica epifanía, una aparición sagrada”, explicó el arqueólogo. “Fue una coreografía cuidadosamente pensada, una auténtica escenografía de lo divino. Lo que hicieron estos arquitectos fue crear un espectáculo, una revelación casi teatral. Usaron efectos especiales con los recursos de su tiempo”, añadió.
Alineación solar y espectáculo luminoso
Para llevar a cabo esta investigación, De Lara también tuvo que calcular la posición solar en distintos momentos del año, teniendo en cuenta los datos astronómicos del siglo V a.C., ya que la inclinación de la Tierra ha variado desde entonces. La estatua de Atenea estaba perfectamente alineada con la entrada principal del templo, orientada hacia el este.
Hasta hoy, ningún obstáculo bloquea la luz solar que, al amanecer, llega directamente a la fachada del Partenón desde el monte Ymeto, visible desde la cima de la Acrópolis. De Lara descubrió que en dos momentos del año –alrededor de abril y a finales de agosto– ocurría lo que él denomina “alineamientos solares”: el sol, la puerta y la estatua se ubicaban en una misma línea imaginaria.
“Esto es especialmente relevante porque en verano se celebraban los Juegos Panatenaicos, festividades en honor a Atenea”, señaló el arqueólogo. En esos días, quienes visitaban el templo podían presenciar el “efecto especial” de la aparición luminosa de la diosa en toda su magnificencia. Actualmente, De Lara busca financiación para transformar su reconstrucción 3D en una experiencia inmersiva de realidad virtual.
“Imaginen lo que significaría para un visitante del templo no solo sacar una foto, sino experimentar con todos los sentidos lo que ocurría allí, vivirlo en carne propia”, concluyó, al tiempo que defendía un mayor uso de las nuevas tecnologías en museos y en la investigación científica.