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Feijóo no apoyará el aumento de gasto militar hasta que los socios dejen a Sánchez en minoría

El líder del PP muestra su indignación por la media hora que le recibirá el jueves en una ronda con los portavoces parlamentarios: “Nos trata como a Bildu”

  • Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo -

Alberto Núñez Feijóo no está dispuesto a dar oxígeno a Pedro Sánchez brindándole por adelantado su apoyo parlamentario para aprobar la subida de gasto militar acordado este jueves en Bruselas por todos los países de la UE. Sabe el líder del PP que esa subida cuenta con un rotundo rechazo de Podemos, Bildu, ERC y casi todos los integrantes de Sumar, pese a ser fruto de un gran consenso continental para hacer frente a la amenaza bélica de la Rusia de Vladimir Putin. El líder de la oposición quiere que Sánchez se cueza en su salsa, que la sociedad española visualice esa debilidad parlamentaria del PSOE ante de dar su sí como el resto de formaciones integrantes del Partido Popular Europeo (PPE).

Ayer, viernes, dejó en evidencia su malestar porque el presidente no le dispensa trato de alternativa sino que intenta diluirle con el resto. Fuentes del entorno del presidente popular señalan a Vozpópuli que lo que toca "ahora" es desgastar a Sánchez ante la opinión pública española, en justa correspondencia al "ninguneo" al que le sigue sometiendo -llevaba sin convocarle desde 2023. Así se interpreta en la sede nacional del partido en la calle Génova su inclusión junto al resto de representantes de formaciones parlamentarias, excepto Vox, en una maratoniana ronda de os en La Moncloa el jueves 13 de marzo.

"Ante la peor amenaza geoestratégica" a la que se enfrenta Europa desde el final de la II Guerra Mundial, hace ochenta años, se quejó Feijóo a los periodistas, Pedro Sánchez ha planificado una ronda con los portavoces parlamentarios a "tiempo tasado", entre veinte y treinta minutos para cada uno, dándole al ganador de las elecciones del 23J de 2023 y líder de la oposición "el mismo tratamiento que a Bildu".

Que no se note su dependencia del PP

El presidente del Gobierno pretende despachar en un solo día "aprisa y corriendo" la decisión política y económica más importante de una legislatura sin presupuestos como un trámite más sin importancia para que resalte el conflicto con sus socios y, sobre todo, para que no se note su dependencia parlamentaria del PP en esta espinosa cuestión, sostienen las fuentes populares consultadas por este periódico. Por eso, el PP va a hacer, justamente, lo contrario: no garantizarle apoyo a priori, para que se vea su soledad parlamentaria y entre la opinión pública de izquierda, tradicionalmente muy refractaria a cualquier debate sobre aumento de gasto militar.

Porque, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en Alemania, donde el ganador de las recientes elecciones, el conservador Franz Merz, ya se ha sentado a negociar con los socialdemócratas del SPD, no solo la siguiente gran coalición de Gobierno sino la decisión urgente de rearmarse y suplir el apoyo a Ucrania que ha retirado Estados Unidos, aquí en España la política del muro -el bloque de apoyo al Ejecutivo de coalición frente a la "ultraderecha" de PP y Vox- impuesta desde su discurso de investidura en septiembre de 2023, ha impedido cualquier colaboración PSOE/PP en estos 18 meses transcurridos. Únicamente el deterioro alarmante de la Justicia, con decenas de vacantes de jueces sin cubrir, obligó a ambos partidos a renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en junio de 2024.

Tras el giro estratégico impuesto por Donald Trump el PSOE se ha encontrado con una papeleta inesperada: un Gobierno de izquierda tiene que doblar, si no triplicar, lo cual supondrá dedicar anualmente un 2% del PIB a Defensa, unos 10.000 millones más. Esta es una decisión muy impopular entre los votantes y más entre los de los partidos a su izquierda que le mantienen en La Moncloa. Solo el sí de los 137 diputados del PP garantiza que salga adelante y Feijóo pretende vender caro ese apoyo.

Tras el giro estratégico impuesto por Donald Trump respecto a Ucrania, el PSOE se ha encontrado de sopetón con una papeleta inesperada, un cisne negro de esos que se dan de vez en cuando en la política y que puede cambiar el rumbo de la legislatura: su Gobierno de coalición netamente de izquierda, el más de izquierda de toda la UE, se va a ver obligado a doblar, si no triplicar, el gasto en Defensa hasta pasar del 1,28% del PIB actual -19.700 millones- al 2% anual, 36.000 millones cada ejercicio presupuestario.

Palabras mayores aunque todavía quedaría lejos de los 100.000 millones más en cuatro años -25.000 por ejercicio- que baraja la presidenta de la Comisión, Úrsula Von der Leyen, para España. Así lo deslizó el miñercoles cuando presentó en Bruselas su proyecto de aumento de gasto militar de los 27 países de la Unión Europea.

Será es una decisión enormemente impopular, particularmente entre los votantes socialistas y más, si cabe entre los votantes de los partidos a su izquierda que le mantienen en La Moncloa. Podemos y Bildu ya le ha dicho que se olvide de contar con ellos y a Yolanda Díez le va a costar enormemente convencer a todos los integrantes de la sopa de siglas que es Sumar, empezando por Izquierda Unida. En resumen: Solo el sí de los 137 diputados del PP garantiza que salga adelante y Feijóo pretende vender caro ese apoyo.

"Primero que llame...y ya veremos"

"Primero, que nos llame (Sánchez(, y que nos diga qué quiere hacer, cuánto quiere dedicar a Defensa y cómo... y luego ya veremos", resume la postura de los populares una fuente muy cercana al presidente del partido, que está muy molesto por el ninguneo al que Sánchez le tiene sometido. "Que traten igual al presidente del partido que ganó las elecciones que al BNG o cualquier otra formación minoritaria es de coña", añade esta fuente para explicar gráficamente ese malestar.

"Lleva sin llamar quince meses y ahora lo hará para pedir. Bien, pues le escucharemos", añade para señalar que el PP es un partido de Estado con responsabilidad de Gobierno en muchas comunidades y ayuntamientos y no se puede esperar otra actitud que no sea acudir a la llamada del presidente del Gobierno; pero también advierte: "la posibilidad de que preconcedamos desde ya un sí a lo que nos proponga Pedro Sánchez, sin saber qué quiere hacer y cómo, es ninguna".

"A nosotros no nos han elegido para proteger a Pedro Sánchez de sus socios", prosigue esta fuente en la idea de que la sociedad española vea su debilidad y la necesidad que tiene de pactar una política de Estado como es la Defensa con el partido que le sucederá en el Gobierno, al cual intenta frenar mediante un muro ideológico desde el inicio de la legislatura

"A nosotros no nos han elegido para proteger a Pedro Sánchez de sus socios", prosigue esta fuente en la idea de que la sociedad española vea su debilidad y la necesidad que tiene de pactar una política de Estado como es la Defensa con el partido que le sucederá en el Gobierno, al cual intenta frenar mediante un muro ideológico desde el inicio de la legislatura. Un muro que conforme han ido pasando los meses se ha ido resquebrajando como lo demuestran las decenas de votaciones parlamentarias en las que el Ejecutivo de coalición ha salido derrotado y, fundamentalmente, lo demuestra la falta de presupuestos.

Este asunto de la subida del gasto en Defensa, que amenaza con desatar todas las contradicciones ideológicas en la izquierda española, coincide en el tiempo con otro conflicto no menos importante: el acuerdo PSOE/Junts per Catalunya para ceder a la Generalitat y a los Mossos de Esquadra; un asunto espinoso donde los haya contra el que los socialistas Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, y el ex presidente Felipe González ya han alzado la voz, y cuya aprobación amenaza el fuerte rechazo de Podemos, que lo ha calificado de "racista", y el de muchos de los socios de Sumar.

Sin poder aprobar presupuestos tampoco en 2025 -a estas alturas de marzo ya es poco menos que imposible-, Pedro Sánchez no se puede permitir un doble tropezón, con este compromiso adquirido con los de Carles Puigdemont, y con el aumento del gasto militar hasta doblarlo, o más, porque significaría que la legislatura está finiquitada pese a sus proclamas en contra y su deseo de permanecer en La Moncloa hasta las elecciones generales de 2027. 

 

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