Doy mi palabra de que he hecho largos, pacientes y disciplinados esfuerzos, pero es inútil. No lo consigo. A esta mujer no logro entenderla, me supera. Me pasa con ella lo que decía por teléfono la inolvidable Consuelo Font: “Hay cosas que yo no puedo comprender pero que, sin embargo, no las entiendo”. Pues eso mismo me sucede a mí con Ione Belarra. Que está por encima de mis aptitudes cognitivas y aun de las vislumbratorias. Me deja pasmado, boquiabierto, sin saber qué pensar. A veces pienso que está muy por encima de mi capacidad para entender lo que dice. Otras, sin embargo, se me ocurre que lo que pasa es que no hay nada que entender. Total, que no sé a qué carta quedarme. Qué angustia, por Dios.
Pongamos un ejemplo, el último. La señorita Belarra comparece en la sala de Prensa del Congreso de los diputados. Va a hacer una declaración. Como se ha muerto el Papa y las redacciones están todas echando humo (quiero creer que esa es la razón, seamos generosos), allí hay seis periodistas. Belarra, inasequible a la soledad, con su expresividad facial habitual y con ese reflejo de ceniza que le sale en los ojos en las ocasiones solemnes (y que a mí me recuerda tanto a algunas estatuas que hay en los cementerios), clama contra Pedro Sánchez y contra la decisión, que atribuye tan solo y nada más que a su perversa voluntad, de aumentar el gasto en Defensa. Asegura que estamos ante el mayor incremento del gasto militar “de la historia de nuestro país”. Afirma que este Sánchez está “cumpliendo a rajatabla las órdenes que le han sado Donald Trump y la OTAN”.
Vamos a ver, y perdonen ustedes los titubeos… ¿Qué es eso de un “gobierno de la guerra”? ¿Cómo puede repetir semejante cosa cuatro veces, cuatro veces en un minuto y medio? ¿No le da un poco… Bueno, aunque solo sea un poquitín de reparo
Y entonces suelta la frase que llevaba preparada: “Quiero dejar claro que este es un gobierno de la guerra”. Lo repite varias veces, un gobierno de la guerra. No “de guerra”, no; de la guerra, por antonomasia. Y anuncia que el presidente de este gobierno de la guerra (otra vez) va a tener “enfrente” al grupo político de Ione Belarra, que sigue existiendo y que se llama Podemos. Luego dice las medias verdades habituales: que Sánchez se va a gastar en armas el dinero que debería destinar a la vivienda, a la educación, a la sanidad, esas cosas. Y termina con otra perla cultivada: “Nosotras y nosotros tenemos que acelerar la movilización por la paz. Tenemos que hacer crecer las fuerzas de la paz”.
Yo me quedo mirando a la tele y parpadeando, me imagino que con cara de bobo. Lo acabo de decir, no soy capaz de entender a esta mujer. Lo primero que se me ocurre es que ella tiene perfecto derecho a no estar de acuerdo con que se gaste más dinero el Defensa, solo faltaba eso. Pero… Vamos a ver, y perdonen ustedes los titubeos… ¿Qué es eso de un “gobierno de la guerra”? ¿Cómo puede repetir semejante cosa cuatro veces, cuatro veces en un minuto y medio? ¿No le da un poco… Bueno, aunque solo sea un poquitín de reparo, de pudor, incluso de vergüenza, usar ese concepto que parece pensado para asustar a niños de cinco años? ¿Cómo se atreve? Gobierno “de la guerra”, pero ¿quiénes se cree que la están escuchando? ¿Marionetas? ¿Bobos?
Manipular la historia
¿El mayor gasto militar de la historia de España? Pero ¿qué ha estudiado usted, señorita Belarra? Historia no, eso seguro… ¿Quiere que le recuerde el dineral que se gastó el gobierno de la segunda república española en defenderse de una agresión directa, de una sublevación militar, de una guerra (aquella sí fue una guerra, señorita Belarra, aquella sí) apoyada por el fascismo italiano y el nazismo alemán? ¿Ha oído usted hablar siquiera de las partidas presupuestarias que los gobiernos de Alfonso XIII destinaron a la cruel e inútil guerra de Marruecos, hace cien años? ¿Sabe usted qué porcentaje del presupuesto destinaba el dictador Franco al gasto militar? ¿Cómo se atreve usted a manipular la historia de esa manera tan desvergonzada? ¿En qué se diferencia el tamaño de sus mentiras de las que dice la extrema derecha?
Gobierno “de la guerra”… Usted estudió psicología, creo recordar… ¿No le llegó ni un soplo de conocimiento, aunque fuese en la cafetería de la Facultad, para discernir qué es Defensa, qué es disuasión, qué es seguridad nacional o europea, de lo que es una guerra? ¿Cómo puede confundir esos conceptos con tanta impudicia? ¿Cómo tiene el valor de afirmar que Sánchez está obedeciendo las “órdenes de Donald Trump”, que no le puede ni ver y que le considera un enemigo? ¿Se ha enterado usted, señorita Belarra, de que ese personaje indescriptible se está planteando sacar a EE UU de la OTAN? ¿Se ha enterado de que países históricamente neutrales, como Suecia y Finlandia, han ingresado en la OTAN porque tienen miedo, verdadero miedo a las nada ilusorias agresiones que pueden llegar de la Rusia de Putin? ¿Sabe usted que en la misma situación –o peor– se hallan los tres pequeños Estados bálticos, y Polonia, y Rumanía? ¿Por qué no dijo nada de todo eso en su sonrojante alocución del “gobierno de la guerra? ¿En qué se diferencia el tamaño de sus mentiras de las que dice la extrema derecha?
¿No sabe que el gasto militar está aumentando en todos los países europeos, ¡en todos!, y no porque lo mande Trump sino porque Trump nos ha dejado prácticamente solos?
¿Es usted consciente de que España tiene un compromiso mucho más que formal con la idea de Europa, que implica insoslayablemente la defensa del continente y de los de la UE? ¿También son “gobiernos de la guerra” los otros veintiséis europeos, que no saben ahora mismo qué hacer para sofocar la amenaza de Putin, ya que Trump ha dado la espalda a Europa? ¿No sabe que el gasto militar está aumentando en todos los países europeos, ¡en todos!, y no porque lo mande Trump sino porque Trump nos ha dejado prácticamente solos? ¿A qué viene esa gansada demagógica del “gobierno de la guerra”? ¿En qué se diferencia el tamaño de sus mentiras de las que dice, día sí y día también, la extrema derecha?
¿Y qué quiere decir usted con eso de la “movilización de las fuerzas de la paz”? ¿Quiénes son exactamente las fuerzas de la paz? ¿Qué pretende? ¿Que salgamos todos a la calle con la camisa de flores y margaritas en el pelo para repetir aquello de Peace an love, como hacíamos hace medio siglo? ¿Y cantaremos de nuevo el “No nos moverán” de Joan Baez? ¿O quizá sueña usted acaudillar una gigantesca movilización ciudadana como la del “No a la guerra” de hace 22 años, cuando el gobierno de Aznar metió a nuestras Fuerzas Armadas en una guerra (otra guerra de verdad) inventada por Bush para quedarse con los campos de petróleo de Irak? Entonces salimos todos a la calle; ¿eso es lo que quiere resucitar usted ahora, señorita Belarra?
Se trata de sobrevivir, ni más ni menos. Usted y los suyos, señorita Belarra, están dispuestos a cargarse el gobierno de equilibristas que preside Sánchez con el único objeto de hacer ruido, de liarla, de volver a llamar la atención de los ciudadanos sobre su enjuta existencia
Ah, pero usted ya no puede hacer eso. Y lo sabe. Vamos, digo yo que lo sabrá, porque con usted no hay forma de entender gran cosa. Usted representa ahora mismo a un grupo político en serio peligro de extinción, lo mismo que sus odiados primos “heréticos” de Sumar. Eso es una muy mala noticia para todos porque, si ustedes se van a hacer gárgaras –algo en lo que parece usted empeñada con patochadas como esa del “gobierno de la guerra”– no quedará nadie que, desde la izquierda, pueda combatir la omnipotencia y omnipresencia expansivas del socialismo según Sánchez, que es un peligro nada imaginario sino muy real.
Usted no es capaz de convocar movilizaciones “por la paz” más allá de su calle, pero es que no se trata de eso. Se trata de sobrevivir, ni más ni menos. Usted y los suyos, señorita Belarra, están dispuestos a cargarse el gobierno de equilibristas que preside Sánchez con el único objeto de hacer ruido, de liarla, de volver a llamar la atención de los ciudadanos sobre su enjuta existencia. Me refiero a la enjuta existencia (política) de ustedes, no de los ciudadanos. Yo creo que apenas les queda algo más a lo que agarrarse. De ahí la demagogia del otro día. De ahí esa sonrojante estupidez del “gobierno de la guerra”. Pretenden ustedes sujetarse, como náufragos, al tablón del pacifismo esencial de los españoles, que no es, bien mirado, muy distinto ni menos sincero que el pacifismo de los italianos, de los noruegos o de los luxemburgueses.
Lo que no termino de entender, y usted me sabrá perdonar, doña Ione, es por qué razón sus mentiras y su populismo se parecen ¡tanto! en sus formas a las mentiras y al populismo de la extrema derecha. Y debo repetirlo: sigo sin formarme una opinión sólida sobre quién y cómo es usted. No la entiendo. Y esa memez para tontos del “gobierno de la guerra” no es que ayude mucho…
fede_merino
25/04/2025 08:54
A veces sucede que los memos no se entienden entre sí. ¿A que tampoco entiende que éste sea el gobierno de la corrupción?