Economía

Escrivá reduce al mínimo el equipo que 'vigila' al Gobierno y cede efectivos a Cataluña

El departamento de Economía es el más damnificado de la profunda reestructuración del Banco de España

  • El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá. -

Durante muchos años, el servicio de estudios del Banco de España no sólo se conocía por ser el mejor dotado de personal del país. La clave eran sus informes, que se caracterizaban por el rigor y por pronunciarse -desde la altura que otorga la independencia- sobre las decisiones de política económica de los gobiernos de turno. Ese servicio queda reducido ahora a la mínima expresión, tras la profunda reestructuración que ha llevado a cabo el gobernador, José Luis Escrivá.

Los cambios anunciados este lunes implican el desmantelamiento de la Dirección General de Economía, que pierde personal y funciones, y que tendrá otros responsables al frente. Escrivá avanza así en el borrado de la huella que dejó su antecesor, Pablo Hernández de Cos, quien potenció al máximo el trabajo del área económica. Esa 'filosofía' le llevó a convertirse en un gobernador molesto con el Gobierno de coalición. 

Los grandes movimientos aplicados en la institución que ahora gobierna el exministro socialista se producen en la Dirección de Economía del Banco de España. Esta división, con un papel clave en el asesoramiento sobre cuestiones de política monetaria y en el estudio de la evolución económica del país, ha sido foco de conflicto en las últimas semanas por el polémico informe anual que ha llevado a su actual director, Ángel Gavilán, a la dimisión

Reestructuración y refuerzo en Barcelona

Con los cambios aplicados, la Dirección de Economía del Banco de España se reduce a la mínima expresión: cuatro departamentos en lugar de dos y sin un nuevo jefe aún designado. De hecho, las subdirecciones de los dos departamentos que se mantienen dentro del servicio de estudios del Banco de España -el de Análisis de la Economía Española y el de Política Monetaria y Economía Internacional- están vacantes.

Al frente de esta división económica mermada quedará, hasta que se escoja al sucesor de Gavilán, Galo Nuño, nombrado por Escrivá como director adjunto de Estabilidad Financiera. Por su parte, Carlos Thomas, hasta ahora número dos de Gavilán, deja Economía y pasa a ocupar el puesto de Nuño como director general de Estabilidad Financiera.

De hecho, al reducir la división de Economía a la mitad, gran parte del equipo se trasladará a otros departamentos de distintas direcciones. Además de la parte que irá al área de Estabilidad Financiera, todo el departamento de Análisis e Inteligencia de Mercados, y el hasta ahora directivo Roberto Blanco, se encuadrarán bajo el paraguas de la Dirección de Operaciones

En Economía existe el temor de que se les traslade incluso fuera de la sede central de Cibeles, con Barcelona como posible destino. La capital catalana sale reforzada en el nuevo Banco de España. Escrivá pretende asentar allí un nuevo centro de innovación sobre nuevas tecnologías y uso de la inteligencia artificial, con al menos una treintena de nuevos efectivos.

Precisamente, el único departamento de nueva creación en el organigrama renovado es el de Experimentación y Aplicación de Nuevas Tecnologías, bajo la Dirección de Estrategia, Personas y Datos que dirige Mayte Ledo, una de las personas de confianza de Escrivá. Para esta nueva división aún no hay director ni subdirector asignado. 

Desmantelamiento por fases 

El desmantelamiento de la dirección de Economía se ha producido en dos fases. A finales del pasado año, Escrivá ya llevó a cabo una reorganización de las áreas, que implicaba mover a casi dos centenares de empleados del banco. El siguiente paso ha sido la mencionada reducción de los departamentos que dependían de Gavilán. Los resultados son visibles ya. Escrivá apuesta por informes económicos menos explícitos a la hora de valorar determinadas decisiones del Gobierno.

En la introducción de su primer Informe Anual como gobernador, Escrivá señala que la meta es "proporcionar análisis independientes basados en la evidencia, que contribuyan a una toma de decisiones más informada por parte de los responsables públicos, las instituciones y el conjunto de los agentes económicos". Es decir, no se trata tanto de que el Banco de España opine, sino de exponer material para que lo hagan otros. 

A partir de ahora, esa será la directriz que se impondrá en los nuevos informes. El cambio respecto a la etapa anterior es evidente y tiene unas consecuencias. "El Banco de España saldrá del debate público", señalan fuentes internas. Esa forma de operar está garantizada hasta 2030, cuando expirará el mandato de Escrivá como gobernador.

Salvo sorpresas, las opiniones de la institución irán en línea con lo adelantado en el último informe, que analiza la situación económica en 2024. La presentación de Escrivá es un buen ejemplo. Tiene cinco páginas, frente a las 24 que escribió un año antes Hernández de Cos. El informe en su conjunto también tiene 100 páginas menos

A diferencia del año anterior, el Banco de España pasa por encima de asuntos capitales como la reforma de las pensiones, que el propio Escrivá impulsó; y ni siquiera menciona una polémica tan actual como la propuesta de reducción de la jornada laboral, aprobada ya por el Consejo de Ministros; o la concesión de privilegios fiscales a Cataluña.

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