Las mafias de tráfico de personas y las ONGs que se lucran de este comercio infernal engrasan debidamente a las autoridades que deberían combatirlo para poder desenvolverse con las mínimas trabas

Su convivencia con Gobiernos de distinto signo se ha distinguido por su absoluta neutralidad, el cumplimiento estricto de sus deberes, su paciencia y saber coexistir con un cabeza del Ejecutivo hostil, zafio y descortés, como el que ahora soportamos