El o directo del presidente del Gobierno con la ciudadanía se va extinguiendo con el paso del tiempo. Solo 11 de sus 125 actividades agendadas en los últimos 9 meses corresponden a encuentros con de la sociedad civil y en la mayoría de los casos ha sido con directivos de entidades institucionalizadas, casi oficializadas. No hay referencia de que Pedro Sánchez se haya relacionado con representantes naturales del mundo sanitario, del académico, del rural, del turístico, del deportivo, incluso del cultural.
Fue señalada la ausencia de Pedro Sánchez, el pasado abril, en la entrega del Premio Cervantes al escritor Álvaro Pombo, pero tuvo tiempo el 21 de mayo para conmemorar en su residencia el Día de la Diversidad Cultural con un grupo de creadores migrantes formado por Antonio Edjang, `El Chojin´, rapero de Torrejón de Ardoz; la humorista ecuatoguineana Asaari Bibang, el modisto de origen asiático Daniel Chong y el modelo senegalés Bass Diop. Aunque frecuentemente se señala al mundo de la cultura como alineado con el poder socialista o sanchista, eso es más propio del sector del espectáculo que del cultural propiamente dicho.
La única aportación a la cultura que se le conoce al titular del Ejecutivo en lo que va de legislatura ha sido el anuncio, el pasado día 19, de un Plan de Acción Cultural Exterior, activando un Consejo de Acción Cultural y un órgano consultivo específicos. Para su presentación en el marco del Museo del Traje Sánchez se hizo acompañar de la vicepresidenta Yolanda Díaz y cuatro ministros: Albares (Asuntos Exteriores), Urtasun (Cultura), Saiz (Seguridad Social) y López (Transformación Digital). La realidad es que ésta ha sido la quinta presentación del mismo Plan de Acción Cultural Exterior desde que en el año 2009, con el gobierno de Zapatero, lo anunciaran los entonces ministros Moratinos (A. Exteriores) y González Sinde (Cultura). Dos años más tarde hicieron lo propio las ministras Jiménez (A. Exteriores) y nuevamente González Sinde. Pasaron ocho años y en 2019 Borrell (A. Exteriores) y Guirao (Cultura) volvieron a resucitar el Plan de Acción Cultural Exterior.
Ese ambicioso plan lleva, así, 16 años anunciándose, desapareciendo y desenterrándose, hasta que el 11 de diciembre último el titular de Cultura, Ernest Urtasun, presentó en el Senado la “novedad” de un Plan de Acción Cultural Exterior 2025-2028, con el propósito de “contribuir a que la cultura sea un Bien Público Mundial, que sirva como herramienta al desarrollo sostenible”. Cinco meses después el ministro Urtasun, desde la primera fila del salón de actos del Museo del Traje, aplaudió puesta en escena, por quinta vez y a cargo de su presidente, de lo que él había exhibido el pasado diciembre.
Más indiferente aún es el comportamiento de Pedro Sánchez respecto a la vida académica donde, aparte de su obligada asistencia a las reuniones anuales de los patronatos del Instituto Cervantes y de la Fundación Carolina, no ha mantenido relación directa con actores de las enseñanzas primaria y secundaria o de la superior, todas ellas no exentas de tensiones y con desiguales niveles de excelencia. Su única aproximación al ámbito académico fue un discurso, el 31 de marzo en una sede de la UNED, para defender “una universidad de calidad”. Tras advertir de que “está en riesgo un modelo de educación superior en el que el universal y la garantía de calidad y excelencia están deliberadamente amenazadas”, el eje de su intervención fue criticar a las universidades privadas arremetiendo contra los gobiernos autonómicos de Madrid y Andalucía por, según sus palabras, “ahogar financieramente a las universidades públicas”, extendiendo una alfombra roja a “chiringuitos educativos”.
¿Con qué representantes de la sociedad civil se ve Pedro Sánchez para medir la realidad nacional al margen de los cauces oficiales? Aparte de su reciente visita a Valencia para encontrarse con asociaciones de víctimas de la DANA, desde el pasado mes de septiembre ha recibido en la sede presidencial estas visitas, sin contar cargos públicos y agentes económicos:
- Pacientes y familiares de ELA.
- Representantes de 17 asociaciones relacionadas con la inmigración.
- Cuatro representantes de “la labor de la ONU” (Día de Naciones Unidas).
- Secretaria General de Amnesty International, Agnès Callamard.
- Astronauta español Pablo Álvarez.
- Director ejecutivo de Oxfam Internacional, Amitabh Behar
- Representantes de 9 asociaciones gitanas (Día Internacional del Pueblo
- Gitano).
- Directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell.
- 5 ciudadanos identificados solo con nombres de pila, con motivo del
- Día de Europa.
- Grupo de creadores de origen migrante (Día Mundial de la Diversidad Cultural).
Son diversos los sectores sociales españoles ausentes en ese puñado de audiencias del presidente del Gobierno y en el resto de los 125 encuentros o visitas realizados en los últimos nueve meses, ya sean representantes independientes de quienes viven y trabajan en el medio rural o de quienes pertenecen a la industria turística o al deporte amateur en diferentes disciplinas, etc. Llama la atención el desdén que parece mostrar Pedro Sánchez hacia algo tan sensible y de tanto interés popular como la atención sanitaria, donde los testimonios de sus profesionales y las percepciones de los s pueden completar la realidad que escapa a los análisis institucionales.
La única cercanía mostrada por el Jefe del Gobierno al ámbito sanitario ha consistido en acudir al Consejo General de Colegios de Ópticos y Optometristas el pasado día 26 para anunciar una ayuda de 100 € destinada a 721.000 menores de 16 años con problemas de visión que necesitan comprar gafas o lentillas. Y con una relación mucho más indirecta con las percepciones populares sobre la salud pueden anotarse las tres reuniones en Moncloa o visitas con empresas farmacéuticas.
Por lo que se refiere a la actividad económica, Pedro Sánchez consolidó en la legislatura anterior su interés por reunirse con inversores o empresarios extranjeros, ignorando a los grandes empresarios españoles para quienes limita sus os a los protocolarios con patronales generalistas, no las sectoriales, salvo contadísimas excepciones. Su peculiar relación con el mundo económico, con preferencias y desdenes, ha sido notoria tras la crisis arancelaria desatada por Donald Trump, con impacto considerable en las relacione comerciales con EE. UU.
El 3 de abril, en plena tormenta por las amenazas arancelarias Sánchez presentó un Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial ante un auditorio integrado, según la Moncloa, por “representantes del tejido productivo español”, aunque en las imágenes del acto solo se identifican ministros y los secretarios generales de CC.OO. y UGT. La víspera sí se reunió con los presidentes de CEOE y Cepyme, además de los dirigentes sindicales, para informar de la respuesta a los aranceles.
Sobre esa crisis tan importante para el comercio exterior el presidente del Gobierno despachó a las dos principales patronales con una audiencia de grupo, pero ha sido más deferente con otras entidades. Es el caso de la Confederación Nacional de Pymes (Conpymes), con la que mantuvo una reunión exclusiva el 14 de mayo, con asistencia de sus dos máximos directivos. Se da la circunstancia de que el presidente de esa patronal, José María Torres, a quien Sánchez ha explicado personalmente su respuesta al desafío arancelario, fue patrocinador de la cátedra de Begoña Gómez en la Universidad Complutense de Madrid, en 2021. Posteriormente la esposa del presidente, hoy investigada por corrupción, `amadrinó´ la presentación pública de Conpymes.
herculino
01/06/2025 00:27
SANCHEZ LE HA DECLARADO LA GUERRA A LOS ESPAÑOLES, NO SOLO A ESPAÑA. EL ODIO Y EL MENOSPRECIO QUE SIENTE HACIA LA CIUDADANÍA ES EVIDENTE