Política

Yolanda Díaz, en su burbuja: IU le hace la cama en Sumar y solo vende humo con leyes fallidas

La vicepresidenta trata de resistir con sus socios poniendo palos a las ruedas y cortinas de humos pese a la falta de apoyos parlamentarios

  • La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. -

Yolanda Díaz ha desempolvado su ejemplar firmado de 'Manual de Resistencia', el último libro de Pedro Sánchez, para tratar de resistir a la última crisis política que ha vivido el Gobierno de coalición. Tal vez, según dirigentes tanto del PSOE, como de Sumar como de Izquierda Unida (IU), actor protagonista en todo este sainete, "la más grave" que se ha producido en esta legislatura. La que ha puesto más en jaque la continuidad del pacto de gobierno.

El descubrimiento de un contrato del Ministerio del Interior, para la compra de balas, con una empresa de Israel, ha puesto a la coalición en una tesitura muy delicada. Con la dirección de IU, que dan por amortizada a Díaz, amenazando con obligar a su única ministra, Sira Rego, a abandonar el Gobierno. Una posibilidad que se vio como real, tanto en Moncloa como en la vicepresidencia segunda, que llevó a Yolanda Díaz a ejercer un falso liderazgo que llevaba tiempo orillando.

Para salvar los muebles, y aunque con la presión de los comunistas encima, la ministra de Trabajo y Economía maniobró a lo largo del miércoles para frenar una rebelión interna en sus propias filas y, de paso, asegurar su propia supervivencia política. Durante todo el día mantuvo un o a tres bandas, con Sánchez en Madrid y Fernando Grande-Marlaska en Irán, para revertir los contratos. Algo que sucedió ayer, jueves, a modo de salvavidas. Los dos partidos de la coalición siguen empeñados a resistir hasta 2027, aunque sea sin presupuestos ni prácticamente apoyo del parlamento.

Mala relación con IU

La relación de Díaz con Antonio Maíllo, nuevo líder de Izquierda Unida, no es buena desde hace varios meses. Desde que el coordinador de IU, que se hizo con el control del partido hace casi un año, en unas primaras en las que compitió contra la ministra Rego y que ganó con un 53,4% de los votos, detectó que los trágalas en cuestiones nucleares, como el gasto militar, eran un lastre para los intereses de su formación.

El coordinador general de los comunistas se encontró con su partido en el Gobierno. Pero ni él apoyó esta decisión ni eligió a Rego como ministra. La titular de Juventud e Infancia, que llegó al Ejecutivo procedente del Europarlamento, fue puesta a dedo por Alberto Garzón antes de hacer efectiva su dimisión.

Al margen de Sumar

Izquierda Unida tiene claro que, en las próximas elecciones generales, previsiblemente en 2027, no van a concurrir con Yolanda Díaz como candidata. Maíllo, que todavía no ha desvelado todas sus cartas electorales, plantea otro tipo de alianzas que le permitan recuperar la histórica marca de su partido, fagocitada por la disolución en Podemos a raíz del 'pacto del botellín', firmado por su antecesor, Alberto Garzón, y Pablo Iglesias.

Es a partir de la toma de esa decisión, la de ir a los próximos comicios por separado, que la dirección de IU apostó por mantener una postura más autónoma en todas y cada una de aquellas cuestiones que comprometen sus principios fundamentales y generan un fuerte debate entre la sociedad.

La reducción de la jornada laboral

A modo de cortina de humo, desde Toledo, la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, anunció este jueves por la mañana que el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes el proyecto de ley de reducción de la jornada laboral. Se trata de la medida estrella de su programa electoral, aunque va a ser muy difícil que se pueda materializar.

Durante su intervención en la clausura del Congreso de CCOO Industria, que se celebra durante estos días en la capital castellanomanchega, la vicepresidenta segunda aseguró que se trata de "la medida que más desea el conjunto de los españoles, voten a quien voten". Un dato que se inventó, ya que ni el CIS ni ningún estudio de opinión indica eso.

Díaz, sin embargo, que en la misma intervención pública adelantó la marcha atrás del Gobierno con el contrato de las balas con una empresa israelí que ha puesto en peligro la estabilidad del Ejecutivo, itió que la tramitación de la reducción de jornada representa "la política más difícil" que ahora "va a tocar defender".

Tras la aprobación por parte del Consejo de Ministros, algo que ocurrirá el martes, Díaz reclama "convertir lo que es de sentido común en la calle en sentido común en el Parlamento" para convencer a todos los grupos políticos. "No va a ser fácil, vamos a tener que dejarnos la piel con inteligencia, con argumentos", aseguró. El Gobierno aprobó el 4 de febrero de 2025 el anteproyecto de ley para reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales, sin que haya disminución en los salarios de los trabajadores.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli