Política

El PP aumenta su presión en la calle para exigir la dimisión de Sánchez por la corrupción en Moncloa

Feijóo llena la madrileña Plaza de España al grito de "mafia y democracia" y exige al presidente del Gobierno que disuelva las Cortes y convoque elecciones

  • Núñez Feijóo, este domingo en la Plaza de España, Madrid. -

A menos de un mes del Congreso Nacional más trascendental del Partido Popular en décadas y con una clara intención de reafirmar su liderazgo en la oposición, con un Gobierno asediado por los escándalos judiciales y la derecha social hambrienta de una respuesta contundente, Alberto Núñez Feijóo volvió a echarse a la calle este domingo. 

Al llamado de "Mafia o Democracia", unos cien mil ciudadanos a ojos de la organización (50.000 según la Delegación del Gobierno), acudieron a la madrileña Plaza de España para elevar la presión sobre Pedro Sánchez y exigir la convocatoria de elecciones. Sin exhibir sus siglas para tratar de acoger al mayor número posible de antisanchistas, que rehúyen de los partidos, el PP desempolvó las pancartas en una cita que contó con la plana mayor de la dirigencia, casi todos los barones y los antaño presidentes del Gobierno, José María Aznar y Mariano Rajoy.  

También acudieron algunos políticos retirados, como Marcos de Quinto o Macarena Olona. Ni rastro de los gerifaltes de Vox, que llevaban semanas boicoteando la iniciativa del PP, pues la consideran “una estafa”. Desde la dirección popular aseguran que este domingo lograron el respaldo de muchos seguidores del partido verde y se felicitan por la asistencia de algunas de sus figuras más relevantes en el pasado. “Agradecemos el apoyo de exdirigentes de Vox en la concentración sin siglas convocada por el Partido Popular al igual que el apoyo de algunos ex dirigentes del PSOE a esta manifestación”. 

Para el equipo de Feijóo, lo más destacado de esta última concentración contra el Gobierno es que han logrado una asistencia transversal: “Desde que llegamos hace tres años hemos reivindicado la necesidad de crecer a derecha e izquierda de nuestro partido y ensanchar nuestra base electoral como mejor camino para derrotar a Pedro Sánchez. Hoy lo hemos logrado”

A las diez de la mañana empezaron a llegar los más puntuales. En una hora, ríos de personas envueltas en la roja y gualda bajaban y subían por las calles aledañas: la Gran Vía, Princesa o la Cuesta de San Vicente. Un escenario y varias torretas de altavoces recibían al personal con una playlist de lo más variopinta: Venezia, de Hombres G, por eso de "yo soy el capone de la mafia...", Lady, de Modjo, que cantada en castellano suena como a Leire, la supuesta fontanera del PSOE. Un poco de salseo con Mentirosa, de Ráfaga; y, como ya es tradición... People have the power, de Patti Smith. Ambiente fiestero para canalizar la indignación social. 

Saludó el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, que explicó a los que "no entienden lo de mafia o democracia" el por qué del eslogan elegido para la manifestación: "En ese edificio de ahí, en la torre de Madrid (señalando con el dedo), Jésica tenía su nidito de amor con Ábalos pagado por todos vosotros". Clamor de gritos en el gentío. 

Isabel Díaz Ayuso, que desata la euforia entre la parroquia antisanchista con su mera presencia, prosiguió con un paralelismo entre lo que ocurre en nuestro país y la Venezuela de Maduro, donde recordó que también hay urnas. "Pero eso no es democracia". La presidenta madrileña alertó de un rumbo "dictatorial" con Sánchez a los mandos, que quiere a "todos a su servicio". Así pidió a los españoles que abran "los ojos" y despierten. 

En varias ocasiones los manifestantes interrumpieron los discursos con sus coros. "Pedro Sánchez, dimisión", fue el más repetido. Cuando subió el presidente del PP al atril, sus cargos entonaron el cántico de "oa, oa, oa, Feijóo a la Moncloa". Y él, en tono jocoso, replicó: "Me gusta ese lugar porque está en la carretera de La Coruña". La querencia siempre por la A-6. 

Núñez Feijóo combinó en su arenga la denuncia de la situación política que atraviesa el país con el optimismo del futuro que quiere protagonizar. Cuando preguntó a la multitud "qué podemos hacer" para capear el percal, un espontáneo ha respondió que "asaltar la Moncloa". Pero el jefe de la oposición apuesta por métodos más ortodoxos. "Con esta degradación hemos de acabar los españoles y no lo hagamos enfadados aunque lo estemos. Hagámoslo con grandeza. Uniendo a la mayoría silenciosa que ha dejado de serlo cívicamente. Esto es lo que os pido", dijo. 

Ante los que anhelan un cambio de Gobierno, el presidente popular contrajo un compromiso: “Conmigo podéis contar hasta el último suspiro”. Para que nadie dude de sus intenciones. Eso sí, abogó por un camino de centralidad para reaccionar a su adversario: “No quiero un frente de la ira, porque España no necesita revancha, necesita concordia. España necesita una revolución de la decencia y la libertad”. 

Dirigiéndose en primera persona al presidente del Gobierno, Feijóo le lanzó un órdago y le emplazó a que “deje de esconderse” y de “huir”. Acto seguido, entonó el salmo dominical: “Ríndase a la democracia, queremos elecciones y las queremos ya. Ríndase a la democracia, nadie le votó para esto. Ni los suyos. Hágalo si es tan demócrata como dice, sí, sí, que convoque elecciones generales y pregunte a los españoles si prefieren un gobierno de Koldos, Jésicas o Leires o un gobierno de gente digna”. 

Feijóo se mostró “listo”, preparado, para un envite electoral. “Solo falta que Sánchez encuentre el coraje para poner urnas y preguntar a los españoles”, matizó. Y recordó “los valores y compromisos” que, a su juicio, comparten “la mayoría de los españoles”. Lo hizo con una táctica habitual, que consiste en lanzar frases en las que se contrapone con su rival y que acaban con un “sí”. Como un “amén” de los parroquianos.  

“Con la honestidad en el ejercicio publico, sí. Con la justicia independiente sí. Con los periodistas de verdad y los medios de comunicación libres, sí. Con unas fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado dotadas y respetadas, sí. Con los españoles honrados que saben dónde está su puesto de trabajo, sí. Con las mujeres que se esfuerzan por pagar su vivienda porque no son sobrinas de ningún ministro, sí. Con los verdaderos fontaneros y el resto de trabajadores decentes, sí. Con los familiares honrados y de políticos honrados que solo soportan ausencias y no se han llevado nada, sí. Con la honestidad frente a la corrupción, sí. Con la limpieza frente a las cloacas, sí. Con la verdad frente a la mentira, sí”.

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