Existe la percepción de que antes se hablaba más sobre emprendimiento y sobre cómo podía ser una salida para los jóvenes principalmente.
El último informe impulsado por Youth Business Spain (YBS), organización social nacida de una alianza entre entidades sociales nacida para aportar soluciones al desempleo juvenil, reveló el año pasado que el 30% de los jóvenes ve oportunidades para emprender, pero solo el 8% decide hacerlo.
“Emprender implica riesgos financieros, personales y profesionales. La posibilidad de perder dinero, tiempo y esfuerzo, o de no alcanzar el éxito esperado, y eso puede ser paralizante para muchos jóvenes, incluso si ven una buena oportunidad”, explica a Vozpópuli Ana Fernandez Laviada, presidenta del Observatorio Mundial de Emprendimiento (GEM España), que añade que el miedo al fracaso, reflejado en el último estudio de GEM, es del 45% en la población española, una que no es muy distinta a la de otros países de nuestro entorno, la media de la Unión Europea se sitúa en el 49%.
El miedo al fracaso, no es lo único que frena a los jóvenes, también la falta de recursos, redes de apoyo y los entornos pocos favorables no ayudan. “Muchos jóvenes no cuentan con referentes cercanos que les muestren que emprender es una opción viable y sostenible”, indica Sara Simón, directora de YBS, que afirma que la percepción sobre la facilidad para emprender apenas alcanza el 31,5%.
“Las habilidades y conocimientos a menudo se adquieren con la experiencia, y la capacidad para gestionar un negocio, liderar un equipo, tomar decisiones difíciles o enfrentar los desafíos del mercado, especialmente si no tienen experiencia laboral previa relevante, constituye también una barrera en muchos casos”, señalan desde GEM.
Un infierno burocrático para emprender
Simón puntualiza que muchos jóvenes emprenden por necesidad y en contextos de precariedad, y no de oportunidad. La incertidumbre, el limitado a financiación o vivienda y la preferencia por opciones laborales más estables dificultan la decisión de emprender, especialmente si no se cuenta con redes de apoyo.
Por eso, la directora de YBS afirma que desde su organización trabajan para reducir los riesgos mediante diferentes herramientas como el programa de consolidación de negocios que trajeron a España de la red internacional a la que pertenece Cuya evaluación de impacto realizada por expertos independientes revela una tasa de supervivencia de los negocios de un 91%, más del doble de la media nacional. “Es importante que a los jóvenes se les ofrezca servicios personalizados y de calidad, con formación, asesoramiento, a redes y financiación”, específica Simón.
Este último punto es otra de las dificultades más comunes. “La dificultad de a financiación también es un obstáculo común y muy importante, especialmente entre los jóvenes. Muchos no tienen ahorros significativos, y obtener apoyo financiero es muy complicado. Además, la falta de a redes de o, infraestructuras necesarias o conocimientos específicos también puede desincentivar la acción de emprender”, insiste Fernández Laviada.
La presidenta de GEM tampoco olvida la parte burocrática y regulatoria que conlleva la creación de una empresa. “El proceso y los trámites pueden resultar abrumadores para alguien sin experiencia”, sostiene Fernández Laviada que añade que uno de los datos que han analizado refleja que únicamente tres de cada diez jóvenes perciben que el proceso de emprendimiento es asequible, dato que nos sitúa en el “furgón de cola” de la UE.
Formación y cómo ‘marcar la diferencia’ en el emprendimiento
La formación juega un papel fundamental. No solo aporta las herramientas necesarias para crear y gestionar un negocio, sino que también contribuye a moldear una mentalidad emprendedora y a reducir el miedo al fracaso.
“Los datos que tenemos nos dicen que aproximadamente la mitad de los jóvenes españoles consideran que sus conocimientos y habilidades les permitirían emprender, y algo más de la mitad de los que están emprendiendo tiene estudios universitarios”, agrega Fernández Laviada que considera que esta situación es positiva puesto que, en este aspecto nos situamos por encima de la media de la UE. Aunque si “descendemos” al detalle, la experta considera que es “necesario avanzar en la formación específica de aspectos de gestión empresarial, de investigación de mercados o de educación financiera”, los cuales no son solo necesarios para emprender, sino también para consolidar la iniciativa empresarial.
Ambas expertas coinciden en que muchos jóvenes buscan emprender para “marcar la diferencia” y responder a desafíos sociales y ambientales, lo cual es “un dato muy alentador”.
“No consideramos que en los últimos años haya habido un cambio en las motivaciones y en las condiciones contextuales. De hecho, el informe GEM destaca que los jóvenes siguen siendo el grupo con mayor intención emprendedora (15,5%), muy por encima de los adultos mayores”, apunta Sara Simón.
Actualmente desde Youth Business Spain (YBS) y GEM están trabajando en un nuevo análisis de situación del emprendimiento juvenil en España que se presentará en otoño. Han adelantado a Vozpópuli que el análisis muestra un crecimiento sobre las ganas de los jóvenes de emprender frente al del año anterior, en concreto aumentando esta tasa en 1,5 puntos.
“Creo que el emprendimiento ha ganado mucha visibilidad y un cierto "glamour" en los últimos años. Se habla mucho de startups, de la flexibilidad que ofrece ser tu propio jefe… todo esto contribuye en cierta manera a que el emprendimiento parezca una moda deseable”, manifiesta Fernández Laviada. Pero ese emprendimiento más vistoso no corresponde a la realidad mayoritaria de nuestro tejido empresarial, constituido en un 90% por pequeñas y medianas empresas.
“No diría que se han perdido las ganas de emprender, pero sí que las ganas o la percepción de oportunidades chocan con una serie de barreras que ya hemos comentado y que dificultan la materialización de esas intenciones. La motivación para emprender sigue existiendo, pero el entorno y las barreras pueden desincentivar la acción o hacer que un porcentaje menor de los interesados se atreva a dar el paso”, añade la experta y presidenta de GEM.
Asimismo, comenta que esto “no es fácil” y que se requiere de tiempo para “cambiar poco a poco la mentalidad”, por lo que es fundamental dar pasos adelante para generar entornos donde los jóvenes puedan explorar la vía del emprendimiento como alternativas profesionales, viendo el fracaso como una parte inevitable y a la vez enriquecedora del proceso de aprendizaje y del crecimiento personal.
Las tecnologías digitales y el emprendimiento
En cuanto a las tecnologías digitales, las expertas consideran que son una necesidad, no una alternativa y que la mayoría de las iniciativas emprendedoras las necesitan para su funcionamiento.
“En este aspecto los jóvenes juegan con ventaja frente a los emprendedores de mayor edad”, aclara Fernández Laviada, que menciona que, según su estudio el 80% de las iniciativas desarrolladas por jóvenes no podrían desarrollarse sin tecnologías digitales. Por lo que “los perfiles más digitalizados tienen una ventaja significativa en el entorno actual, pero sin olvidar que solo la formación en tecnologías digitales no es suficiente para emprender con éxito”, recuerda.
La formación en digitalización marca una clara diferencia. “Los negocios jóvenes con perfiles digitalizados muestran mayor orientación internacional, innovación y escalabilidad. La digitalización no solo es una herramienta técnica, sino una ventana al mundo y a nuevos modelos de negocio”, concluye Sara Simon.