Un niño de 14 meses de origen gambiano, que viajaba junto a su madre y su tío, se encuentra entre las ocho personas que se presume fueron asesinadas durante la travesía de un cayuco que arribó a El Hierro el 28 de diciembre de 2024. Esta embarcación transportaba a 224 personas, incluyendo 14 niños y 57 mujeres. También se reporta la muerte de un padre y su hijo, de 50 y 18 años, ambos de nacionalidad guineana.
La Guardia Civil ha comunicado que se han arrestado a siete presuntos capitanes de la embarcación, quienes fueron localizados en Tenerife, Madrid, León y Almería entre otros migrantes. Hasta ahora, se han identificado completamente a cinco de las ocho víctimas fatales, y las autoridades siguen trabajando para identificar a los demás fallecidos en una embarcación que partió siete días antes desde la isla senegalesa de Bassar. Los familiares de cuatro de las víctimas han presentado denuncias sobre lo ocurrido.
Al llegar a las costas canarias, los migrantes necesitaron atención médica urgente debido a lesiones graves, que se cree fueron causadas por un altercado durante el viaje. Los agentes investigaron el incidente para esclarecer el origen de las lesiones y, tras recoger testimonios de varios ocupantes del cayuco, descubrieron que, además de las 224 personas que llegaron, otras ocho presuntamente habían muerto a manos de los capitanes, quienes ahora están detenidos.
Tres de los detenidos fueron encontrados en el centro de acogida de Las Raíces, en La Laguna (Tenerife). El juzgado de guardia de esa ciudad los ha enviado a prisión, enfrentando múltiples cargos, incluyendo asesinato, lesiones, trato degradante, delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y omisión del deber de socorro, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias. A estos tres se les han sumado otros cuatro detenidos, quienes también están en prisión provisional por orden de los juzgados de las ciudades peninsulares donde fueron arrestados.
Según el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, las personas asesinadas a bordo del cayuco durante los ocho días de travesía fueron seleccionadas para ser asesinadas debido a su nacionalidad, que era diferente a la de los presuntos responsables.
Este es el segundo caso en un mes en el que se revelan asesinatos en cayucos con destino a Canarias. El caso anterior, también informado por la Guardia Civil el 29 de diciembre, ocurrió el 3 de noviembre, cuando una embarcación llegó a El Hierro con 207 ocupantes tras seis días de navegación desde Senegal. En esa ocasión, cuatro personas fueron asesinadas dos días antes de que el cayuco arribara a Canarias.
La Guardia Civil detuvo a siete personas por esos hechos, y la investigación se inició a partir de los testimonios de los ocupantes, quienes describieron la travesía como "una auténtica pesadilla". Los agentes confirmaron que la embarcación había partido inicialmente de Gambia y había hecho una parada en la isla senegalesa de Bassoul, donde se embarcó la mayoría de los ocupantes.
Tres días después de iniciar la navegación, tres de los capitanes, encargados de mantener el orden en la embarcación, decidieron tomar represalias contra varios migrantes. Esto ocurrió cuando uno de los ocupantes, posiblemente afectado por las condiciones del viaje, sufrió un episodio de desorientación, lo que llevó a los capitanes a culparlo del infortunio y a golpearlo, así como a quienes intentaron defenderlo. Como castigo, presuntamente decidieron asesinar a cuatro migrantes para infundir miedo en el resto del grupo, según los testimonios recabados por la Guardia Civil.
Las autoridades han identificado a tres de las víctimas en este caso y han informado a sus familias sobre las muertes y las detenciones de los presuntos responsables. En cuanto a la cuarta víctima, se están realizando gestiones para determinar su identidad y ar a sus familiares. Entre los migrantes que llegaron a El Hierro en el cayuco del 3 de noviembre, también había un hombre que necesitó cirugía de urgencia debido a una herida profunda.
Birmania
20/02/2025 08:26
El negocio del tráfico de seres humanos es igual que el narco. Con sus capos, sus gobiernos involucrados, y toda ese ejército de gente que mira para otro lado mientras unos golfos se forran.
José Alejandro Vara
Durará, salvo milagro, lo que decida Sánchez (o algún contratiempo judicial, cada vez más incierto)