Entrevista

Cultura

Silvia Vidal: "Tener ansiedad no es estar nervioso o tener estrés”

La psicóloga publica 'Abraza tus miedos. Entiende tu ansiedad', un libro en el que explica la relación entre el cerebro y el sistema nervioso

  • Silvia Vidal, psicóloga experta en ansiedad -

La ansiedad se ha convertido en una preocupación creciente en España en los últimos años. Según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2023, el 34% de la población española padece algún problema de salud mental, siendo la ansiedad, los trastornos del sueño y la depresión los más comunes. Este incremento es especialmente notable en ciertos grupos demográficos. Por ejemplo, la ansiedad afecta al 16,5% de las mujeres y al 8,7% de los hombres, lo que indica una mayor prevalencia en la población femenina. Además, más de un millón y medio de jóvenes de 12 a 18 años en toda España están en riesgo o presentan problemas emocionales, incluyendo cuadros de ansiedad y depresión.

A pesar de estos datos, se trata de un trastorno que sigue invisibilizado. Muchas personas que lo padecen no buscan ayuda por miedo a ser estigmatizadas o porque no identifican sus síntomas como un problema de salud mental. La ansiedad se suele minimizar como nervios o estrés cotidiano, lo que dificulta que quienes la sufren reciban el apoyo necesario. Además, aunque en los últimos años ha habido un aumento en la concienciación, el a tratamientos psicológicos sigue siendo limitado, especialmente en el sistema de salud público, donde los tiempos de espera pueden ser largos y los recursos insuficientes.

Para exponer esta realidad, Silvia Vidal, psicóloga especializada en ansiedad y salud mental, ha decidido debutar como escritora con ‘Abraza tus miedos. Entiende tu ansiedad (Martínez Roca)’, un libro que explica la relación entre el cerebro y el sistema nervioso para comprender cómo funcionan la ansiedad y el estrés. Vidal comenzó su carrera en la psicología forense, trabajando con víctimas de violencia de género y maltrato psicológico. En 2020 dio el salto a las redes sociales como divulgadora a través de su cuenta ‘Querida Neurona’. 

En Vozpópuli hablamos con la psicóloga sobre los signos de la ansiedad, sus manifestaciones y cómo aprender a gestionarla.

P. Siendo psicóloga forense, ¿por qué da ese cambio para dedicarse a hablar sobre la ansiedad? 

R. Pues fíjate, casi diría que fue al revés. Yo siempre he tenido vocación por la parte más clínica y, sobre todo, por la ansiedad, porque yo ya la sufría mientras estudiaba la carrera. Entonces, leía mucho sobre ello. Lo que pasa es que también me gustaba mucho la parte de la invisibilización del dolor que, justamente, también abordo en el libro. Empecé a estudiar psicología forense para darle una vuelta a esta perspectiva.También me especialicé en el maltrato psicológico para poder llevar a los juzgados una sintomatología "invisible" después de una relación de maltrato. Me parecía muy interesante. Comencé a acompañar a víctimas de violencia de género y maltrato psicológico, y fue cuando dije: "Ostras, a mí lo que realmente me gusta es estar con la persona". Entonces, di el salto a la psicología sanitaria. Todo lo que tiene que ver con la ansiedad siempre ha sido una parte fundamental de mi interés. La psicología forense fue una etapa de investigación, pero al final volví a lo que más me llamaba: la ansiedad.

P. ¿Cuáles son las primeras señales de alerta de que una persona tiene ansiedad? 

R. Yo diría que, de manera sencilla y fácil de detectar, la primera señal es esa sensación de inquietud y preocupación constante. Básicamente, no poder estar en calma. Siempre digo que lo contrario al miedo es la seguridad y, para sentir calma, primero debemos sentirnos seguros. 

Luego, distingo cuatro tipos de sintomatología: cognitiva (rumiaciones, pensamientos intrusivos, preocupación excesiva), física (mareos, problemas gastrointestinales, tensión muscular), emocional (irascibilidad, impaciencia, nerviosismo) y conductual (mover las manos o las piernas, caminar de lado a lado, inquietud constante). Estos son algunos de los síntomas más comunes.

P. ¿Hay diferencias entre cómo se manifiesta la ansiedad en niños, adolescentes y adultos? 

R. Sí, totalmente. En niños puede reflejarse en dolores de barriga o en el rechazo a ir al colegio. En la adolescencia suele manifestarse con irascibilidad, enfado o incluso agresividad. A veces, un adolescente agresivo puede estar sintiéndose incomprendido o invalidado. Y en la adultez, por ejemplo en la vejez, muchas veces aparece en forma de depresión o a través de somatizaciones en el cuerpo.

P. ¿Cómo definiría qué es realmente la ansiedad?

R. Desde un punto de vista teórico, la ansiedad es una reacción fisiológica del cuerpo ante una posible amenaza. Dependiendo de nuestra historia de vida y nuestro nivel de estrés, la percepción de amenaza cambia. Por ejemplo, en esta entrevista mi amenaza podría ser que me juzgues. Sin embargo, cuando salgo a la calle, podría ser el riesgo de que me atropelle un coche. Todo depende de nuestra historia y circunstancias.

P. ¿Diría que la ansiedad es la pandemia del siglo XXI?

R. No usaría el término "pandemia", pero sí diría que vivimos en la era de la productividad y el estrés. Nuestro sistema nervioso no distingue si estamos corriendo para coger un autobús o porque estamos huyendo de un depredador. Nos hemos acostumbrado a vivir acelerados y en alerta constante.

P. Ahora que vivimos en un mundo hiperconectado, ¿qué impacto tienen las redes sociales en todo lo relacionado con la ansiedad?

R. Pues mira, en el día a día afecta. Una paciente me comentaba el otro día en sesión, ¿por qué tengo siempre tantas cosas que hacer? Cuando estás siempre con tareas pendientes la hormona del estrés, que se llama cortisol, sube. Si esa hormona está muy alta puede que te cueste dormir, además no tienes tiempo para ti, te alejas de ti misma… por supuesto que tienes ansiedad porque siempre estás corriendo y a eso se suma la sensación de que nunca es suficiente, que siempre tienes que hacer más. Las redes sociales nos exponen a una constante comparación con los demás. En un solo clic ves a alguien viajando por el mundo, trabajando, entrenando, y te preguntas: "¡Ostras! ¿Y yo aquí sin hacer nada?" Eso activa el FOMO (miedo a perderse algo) y genera más ansiedad.

Antes no había con qué comparar, o sea, tú jugabas a la peonza pero es que el de al lado jugaba a la galleta. Ahora siempre estamos en esa constante comparación y hemos dejado de distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. Cuando sales de trabajar que está mejor ¿ir al gimnasio, quedar con tus amigos o quedarse en el sofá? Ahí entra la duda y como tenemos tanto con qué compararnos… y encima es una información sesgada porque sólo ves una foto.

P. De hecho, siendo algo tan extendido y que todos, en mayor o menor medida padecemos, ¿por qué se sigue ocultando de cara a los demás?

R. Creo que tiene mucho que ver con nuestra historia. La reforma de la psiquiatría fue hace 30 años. Al final nuestra concepción de la salud mental no está tan lejos de esos manicomios que estaban a las afueras de las ciudades en los que se ingresaban a los que estaban locos. Las enfermedades mentales, ahora, sí que se están normalizando muchísimo más. Pero venimos de esa concepción en la que si te muestras con ansiedad o estrés, estás mostrándote vulnerable, te pueden juzgar. Por ejemplo, si yo como psicóloga, me muestro que estoy nerviosa o que no estoy muy segura de mí misma, puede ser que sea menos confiable, ¿no?

“Cuando la ansiedad dura más de seis meses nos tenemos que plantear pedir ayuda” 

Silvia Vidal, psicóloga

P. ¿Piensa que se ha banalizado el término ansiedad?

R. Sí y no. Por un lado creo que indudablemente es un favor a la salud mental poder hablar de todo esto y darle nombre a la ansiedad, pero también pienso, y por eso he escrito el libro, que no se sabe lo que es. No es estar nervioso ni agobiarse un poquito. Y existe el trastorno de ansiedad que puede llegar a limitar tu día a día. Entonces creo que sí, que se ha banalizado un poco, incluso se empieza a decir que sí es una moda y hay personas que lo pasan muy mal. La ansiedad más desadaptativa hace sufrir muchísimo y creo que muchas veces también se confunde con el estrés. Tenemos que tener mucho cuidado porque no se nos tiene que olvidar que estamos hablando de salud mental y del sufrimiento de muchas personas.

P. ¿Cómo podemos saber si lo que sufrimos es ansiedad ocasional o un trastorno de ansiedad?

R. El principal síntoma es la frecuencia y la intensidad. Es decir, si yo estoy pasando por una etapa con un poco más de estrés y ansiedad, si es porque voy siempre con ajetreo y no tengo tiempo para descansar, porque estoy pasando por una ruptura amorosa o porque justo en lo laboral tengo un pico de trabajo, pero es algo puntual. Para mí en estos casos es adaptativo, tienes un poco de ansiedad pero no te limita. Sin embargo, cuando la frecuencia se alarga y la intensidad aumenta, ya estamos hablando de un problema. Normalmente, esto depende un poco de cada caso, pero cuando dura más de seis meses ya se puede considerar que tenemos que pedir ayuda. 

P. ¿Qué técnicas o ejercicios no pueden ayudar a controlar la ansiedad?

R. Pues depende mucho de cada persona. Lo primero es saber detectar que tenemos ansiedad, creo que es la parte más importante. No te puedes hacer la idea de las personas que vienen a consulta por otra cosa y luego tienen una ansiedad gigante y no eran para nada conscientes porque igual llevan toda la vida teniendo ansiedad, entonces creen que al final eso es lo normal. Hay que dejar de normalizar el sufrimiento, o sea, dejar de normalizar la preocupación constante, el no poder dormir, el estar siempre pensando en el qué dirán, qué pensarán, no lo he hecho bien…Luego hay que entender la raíz ¿Qué me pasa?  ¿Qué es lo que me preocupa? ¿Por qué estoy así?  ¿De dónde viene? Esto no es fácil. Normalmente se hace en un proceso de terapia para que puedas ver esa sombra a las que tú igual no podrías llegar, porque suelen ser cosas de la infancia. 

Y la parte más importante, ligada a esa era de la productividad de la que hablábamos, es reducir el sistema nervioso, es decir, relajarnos. Si nuestro sistema nervioso está hiperactivado tenemos el cortisol por las nubes. Una de las técnicas que se pueden utilizar para calmarnos un poco son las respiraciones. También suelen funcionar muy bien todas las actividades que tengan que ver con la actividad física. Pero como decía, esto es muy personal. 

P. ¿Cuáles son los errores más comunes al intentar manejar la ansiedad?

R. El principal error es intentar eliminarla por completo. La ansiedad no desaparece porque es un mecanismo natural de protección. Cuanto más intentamos huir de ella, más grande se hace. Lo ideal es aprender a gestionarla y convivir con ella sin que limite nuestra vida. 

 “La ansiedad no se controla, se entiende y se abraza”

Silvia Vidal, pisicóloga

P. ¿Es posible eliminar la ansiedad completamente?

R. No del todo. Hay que diferenciar entre la ansiedad adaptativa, que es necesaria porque nos protege y es algo que no podemos controlar. Pero luego también está la ansiedad desadaptativa, que es la incapacitante, la que limita nuestro día  a día. Esta última se puede trabajar para reducirla hasta niveles funcionales.

P. ¿Qué consejo daría a alguien cuya ansiedad está fuera de control?

R. Ir a terapia. Si no puede permitírselo, empezar con libros sobre el tema puede ser un buen acercamiento. Pero, al igual que acudimos al médico cuando sentimos un dolor intenso, debemos acudir a un profesional si la ansiedad nos impide vivir con tranquilidad.

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