Cultura

‘Lilo & Stitch’: la réplica en carne y hueso descafeinada del alienígena más adorable de Disney

Se trata de una réplica de la película original, en la que un alienígena con aspecto de koala, travieso, goloso y agraciado

  • Fotograma de 'Lilo & Stitch' -

Disney tomó hace tiempo la decisión de convertir sus grandes éxitos en películas de carne y hueso y en líneas generales, se puede decir que los remakes de sus películas animadas más adoradas por la audiencia han resultado una copia sin alma de sus grandes títulos -con alguna excepción-, aunque luego sí han tenido buenas cifras de recaudación en los cines. Pocos meses después de la versión aburrida, cursi y plana de una Blancanieves confeccionada a base de inteligencia artificial, le llega el turno a Lilo & Stitch, la adaptación al live-action de la amistad entre una niña hawaiana y un alienígena adorable que tanto gustó en su estreno, en 2002. 

Se trata de una réplica de la película original, en la que un alienígena con aspecto de koala, travieso, goloso y agraciado con una dentadura que llama la atención, llega a la Tierra y entabla amistad con Lilo, una niña solitaria que convive con su hermana mayor en Hawai. Los efectos digitales y los personajes reales se combinan aquí sin especial gracia y todo queda en un "déjà vu" que empieza a ser demasiado habitual en las novedades del mayor estudio de cine familiar. Su mejor logro, sin embargo, está en el elenco protagonista: la pequeña Maia Kealoha, tierna, dulce y algo gamberra, y Sydney Agudong, que da vida a una joven responsable y abnegada que trata de sacar adelante a su familia rota. Ambas, tratando de escapar de la soledad y la tragedia, se refugian en la música de Elvis, que mantuvo un idilio muy especial con las islas del Pacífico. 

Si uno piensa en el público infantil, y tiene la suerte de tener cerca un niño de, digamos, seis o siete años, caerá en la cuenta de todos los momentos divertidos que le provocarán la risa e incluso la carcajada, como la pelea que el travieso marciano inicia en la nave espacial que le lleva a la tierra, o la guerra de agua que arranca con su tierna amiguita. Como si se tratara de una de sus compañeras de colegio, la complicidad entre la pareja protagonista alcanzará máximos entre los más pequeños, que encontrarán en la pequeña Lilo a la compañera de juegos ideal, y sus múltiples aventuras en los mejores planes. 

Al adulto, en cambio, la película se le irá haciendo bola poco a poco, viendo pasar uno tras otro los momentos desperdiciados para convertir esta versión real de Lilo & Stitch en una verdadera película familiar, a la que todos, grandes y pequeños, podrían estar invitados. Lejos de esta ilusión, se aburrirá y se convertirá en mero acompañante de una trama que, además, calca casi al completo la película de animación original.  

Lo cierto es que la nueva apuesta de Disney destila cierta nostalgia por un cine familiar de aventuras realizado en los 80, que aunaba con tanto acierto la emoción, la risa y la puesta de seres fantásticos y entrañables, como E.T., pero también maliciosos como los Gremlins. También enfatiza el mensaje de la familia, de no dejar atrás a nadie y acompañarse siempre, y no discurre del todo mal por este camino, verdadera apuesta de esta película, aunque no prescidende de los tópicos para ello.

Falla, sin embargo, en las bazas para el humor, que queda deslavazado a cargo de una pareja cómica sin demasiada gracia: la que forman los dos alienígenas encargados de atrapar al pillo de Stitch, a quienes encarnan tras su transformación en humanos los actores Zach Galifianakis y Billy Magnussen. Para esta redactora de Vozpópuli, la mejor de las intenciones enterrada en la peor de las ejecuciones imaginables. 

La conclusión es que Disney volverá a hacer caja sin demasiados esfuerzos, con una preventa que ha superado las 80.000 entradas vendidas en España antes de su estreno, y los niños saldrán encantados. 

 

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli