Si salvar un matrimonio o mantenerlo a flote es complicado para cualquiera, uno puede imaginarse lo difícil que puede resultar para una pareja de espías, trabajadores del Gobierno británico, que se ve obligada a mantener secretos sobre operaciones y traiciones al país, incluso cuando su relación está en juego.
Esta es la trama de Confidencial (Black Bag), la nueva película de Steven Soderbergh, director de películas como Sexo, mentiras y cintas de video (1989), Traffic (2000), Erin Brockovich (2000) o la saga de atracos Ocean's (2001, 2004, 2007 y 2018), que regresa a los cines españoles apenas un mes después de estrenar su película de terror Presence.
Los actores Michael Fassbender y Cate Blanchett encarnan a este matrimonio, una dupla interpretativa brillante en un juego de cebos psicológicos, mentiras y alguna verdad a la que, a pesar de no contener grandes momentos de acción, le bastan la intriga y las coreografías verbales para entretener como la mejor película de espías que uno puede imaginar en el presente, en un ejemplo delicioso del género.
Junto a Tom Burke, Marisa Abela, Naomi Harris y Regé-Jean Page, un discreto Pierce Brosnan se convierte en la mirada que conduce las sospechas del espectador, que no podrá evitar caer en la provocación y saciar su curiosidad en el juego que propone el director estadounidense en esta película, sin necesidad de fuegos artificiales ni persecuciones trepidantes, sino tan solo buenos interiores bien iluminados, casas lujosas de diseño, oficinas y algún exterior de la campiña inglesa como escenarios para los juegos de espías.
Precisamente, la puesta en escena de esta trama juguetona, ingeniosa y elegante, que navega entre secretos de estado y dramas conyugales, que tampoco presume de ser inteligentísima, recupera el sabor de las películas clásicas de espías, lo que la convierte en una rara avis en un momento en el que la industria cinematográfica se ha centrado demasiado en las películas evento y ha retirado el interés (y el dinero) de otras ficciones más modestas pero atractivas para el público.
Sus precisos 90 minutos, tan bien aprovechados, comprometidos al extremo con unos personajes tan bien confeccionados y una trama diseñada con esmero hasta el último detalle, pero sin perder de vista el minimalismo, convierten a Confidencial (Black bag) en una de las películas más interesantes de la cartelera, que posee además uno de los elencos más atractivos, con algunas de las estrellas más relevantes del panorama, demostrando que el star-system vuelve a estar al servicio de estas producciones.
Matrimonio, material sensible
Por encima de todo, la capacidad del prolífico Soderbergh para convertir a cada uno de estos personajes -más allá del matrimonio protagonista que componen Blanchett y Fassbender- en piezas fundamentales de una historia entretenida, en la que importan más las reacciones humanas y el estudio psicológico que la misión en juego: Severus, un programa o plan secreto, material sensible para la institución para la que todos trabajan, pero poco o nada importante para el espectador.
Lo interesante aquí se dirime entre la mentira y la verdad, el embuste y la fantasía, y así precisamente arranca esta película: con una velada entre tres parejas con el matrimonio protagonista como anfitriones, en la que una agradable cena se convierte en un sutil polígrafo y detonante de la intriga posterior.
Poco más hace falta para convencer al espectador, aunque probablemente el boca a boca hará su tarea después de que Confidencial (Black bag) se haya colocado entre las películas más vistas en sus primeros días en la cartelera, aún superada por la todopoderosa película sobre el videojuego Minecraft, o las comedias españolas Un funeral de locos y El casoplón. Si el cine que faltaba en las salas era este, es hora de aprovecharlo.