Mauritania se ha cansado de esperar por la Unión Europea y ha comenzado este mes de marzo a detener, concentrar y expulsar a, de momento, 1.500 sahelianos y subsaharianos que han permitido hasta ahora tener en sus calles a la espera de dar el salto a Canarias. Las autoridades mauritanas han adoptado esta medida después de las palabras del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, que en febrero denunció que la UE no está cumpliendo su palabra con las autoridades mauritanas.
Antes que Clavijo llegase de regreso a Tenerife el ministerio del Interior de Mauritania nombró a Fadhili Ould Naji como nuevo jefe de la seguridad nacional e inmediatamente comenzó a hacer redadas con órdenes de expulsión a todo migrante establecido ilegalmente en el país. Ould Naji llega con la decisión de poner control férreo en los 62 puntos fronterizos del país y acabar con un problema de inmigrantes ilegales que en números, se ubica entre 500.000 y 1,5 millones de personas procedentes del cinturón golpista del Sahel y África subsahariana.
Mauritania ha estado hasta ahora siendo prudente a la espera de que se concretase el paquete de ayudas oficiales prometidas por la UE pero Nouakchott se ha hartado. De los 282 millones de euros ofrecidos a cambio de taponar la ruta atlántica a Canarias, apenas ha llegado 90 millones de euros en especies: materiales y tecnología hechas en la UE. De la carretera entre Nouakchott y Nouadhibou no se sabe nada al igual que tampoco se ha avanzado con la línea de alta tensión entre estas dos ciudades.
En Nouakchott, cientos de inmigrantes irregulares han comenzado a abandonar el país tras una operación de expulsión a gran escala que ha afectado a aproximadamente en los primeros días de ejecución a 1.500 personas. En esta operación participan, entre otros, senegaleses, guineanos, marfileños y malienses. Las autoridades mauritanas buscan romper la imagen que tienen de su país como un punto de tránsito para inmigrantes hacia Canarias, donde en 2022 se registraron más de 40.000 llegadas irregulares desde África.
Dakar y Nouakchott comparten una frontera de 463 kilómetros, una larga historia y también intereses energéticos ya que se estima que el yacimiento de gas de Grand Tortue Ahmeyim (explotado por BP y Kosmos Energy) podría generar ingresos de hasta 10.000 millones de dólares para Mauritania y Senegal. Sin embargo, en Mauritania está en curso una operación de expulsión que afecta a un gran número de nacionales senegaleses, con informes que indican que se han iniciado los trámites para expulsar a más de 500 residentes en el país de forma irregular y trasladarlos a países vecinos.
En pleno Ramadán, para lograrlo, la policía lanzó una campaña de controles sobre los residentes extranjeros, que se saldó con la detención de aproximadamente 800 inmigrantes, quienes han sido retenidos en un centro del puerto a la espera de su expulsión. Dentro del centro, un equipo de registro civil trabaja en procedimientos relacionados con la toma de huellas dactilares de los deportados antes de trasladarlos en autobuses policiales a sus países de origen. La medida también conlleva la prohibición de entrar en territorio mauritano durante dos años a partir de la fecha de su expulsión.
El Estado mauritano intenta romper el tránsito que los candidatos a la inmigración irregular hacia Canarias quieren establecer en su suelo. Las personas expulsadas son en su mayoría senegaleses, guineanos, malienses y marfileños. Para los senegaleses y malienses, que comparten frontera con Mauritania, el convoy no debería suponer ningún problema. Sin embargo, otras nacionalidades tendrían que transitar por un tercer país. Según testimonios de guineanos, fueron devueltos a la frontera senegalesa, lo que ha generado tensiones en la región.
Las autoridades mauritanas han intentado reforzar sus fronteras para controlar mejor los flujos migratorios en su territorio. Desde esta semana han puesto en marcha un nuevo sistema de tránsito biométrico en los pasos fronterizos bilaterales, que incluye 35 puntos de control, para "reforzar mejor el seguimiento de los movimientos de los viajeros y garantizar un registro preciso de sus datos".
El general Mohamed Cheikh Mohamed Lamine, director general de Seguridad Nacional, que supervisó el lanzamiento del sistema en el paso fronterizo de Kaedi, conocido como Gourel Omar Ly, ha indicado que este dispositivo se basa en unidades biométricas que registran los datos personales de los viajeros y de las personas que cruzan la frontera, todo ello vinculado a una base de datos central. Este sistema tiene como objetivo mejorar la seguridad y la gestión de la migración en la región. Ya se han equipado con esta tecnología los 35 pasos fronterizos citados y se están realizando esfuerzos para ampliar su despliegue a otras zonas, bajo la supervisión de las autoridades de seguridad. Además, se ha completado la capacitación de los operadores encargados de utilizar este sistema, garantizando así una óptima eficiencia y aplicación en el control de la migración.
De otro, a propuesta del ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, al que las autoridades canarias han pedido que visite los centros de retención de inmigrantes de El Hierro, ha firmado el nombramiento de Pablo Barbará Gómez, subdirector general de Oriente Próximo, como embajador en Mauritania en sustitución de la tinerfeña Miriam Álvarez de la Rosa Rodríguez, que era embajadora desde julio de 2021.
Llegadas a Canarias: 125 al día de media
En los primeros dos meses de 2025, las islas Canarias han registrado un total de 7.138 inmigrantes que han llegado por vía marítima, lo que representa una disminución significativa del 40,2% en comparación con el mismo período de 2024, cuando se contabilizaron 11.932 llegadas. Este descenso se ha visto acompañado por una reducción en el número de embarcaciones utilizadas para realizar estas travesías, que ha pasado de 181 en 2024 a 109 en 2025, lo que equivale a una disminución del 39,8%. Pero el drama es que cada día de media en 2025 han llegado 125 migrantes irregulares por vía marítima.
El Sahel se ha convertido en el principal foco del terrorismo a nivel mundial, concentrando por primera vez más de la mitad de las muertes relacionadas con este fenómeno, según el Índice de Terrorismo Global (GTI). Esta región, caracterizada por una de las tasas de natalidad más altas del mundo, cuenta con una población predominantemente joven, donde casi dos tercios de sus habitantes tienen menos de 25 años. Mientras que en Occidente el terrorismo ha evolucionado hacia ataques perpetrados por individuos aislados, en el Sahel la amenaza ha crecido de manera estructurada, con un aumento significativo en la actividad de grupos yihadistas organizados, de acuerdo con el informe.
Desde el año 2020, la inestabilidad política ha marcado el Sahel con una serie de golpes de Estado. Según el GTI, la región ha experimentado seis cambios de poder por la vía militar: dos en Mali, dos en Burkina Faso, uno en Guinea y otro en Níger. En la actualidad, todos estos países están gobernados por juntas militares. "El colapso del Estado en la región es evidente", afirma el doctor Folahanmi Aina, experto en asuntos del Sahel y académico en la Universidad SOAS de Londres.
A nivel nacional, el total de inmigrantes que han llegado a España por vía marítima en el mismo período ha sido de 8.969 en 2025, lo que también representa una caída del 33,5% en comparación con los 13.485 inmigrantes registrados en 2024. El número de embarcaciones que han realizado estas travesías ha disminuido de 286 en 2024 a 217 en 2025, lo que supone una reducción del 24,1%. En cuanto a la llegada de inmigrantes a la Península y Baleares, se han contabilizado 1.828 personas en 2025, lo que representa un aumento del 17,8% en comparación con las 1.552 llegadas de 2024. El número de embarcaciones que han realizado estas travesías ha crecido ligeramente, pasando de 104 en 2024 a 107 en 2025, lo que representa un incremento del 2,9%.