Internacional

Estancamiento militar y una Europa dividida: el complejo fin de la guerra en Ucrania

Un entorno geopolítico tan inestable y una Unión Europea cada vez más dividida dificultan el fin del conflicto

  • Ursula von der Leyen, Volodímir Zelenski y Vladímir Putin -

El 24 de febrero de 2022, el mandatario ruso, Vladímir Putin, tomó una decisión que tambalearía el tablero geopolítico. Sus tanques y soldados atravesaron la frontera con Ucrania, declarando una guerra en suelo europeo que continúa dejando muertes, pérdidas económicas y violaciones sistemáticas de derechos humanos y convenios internacionales. En este escenario, Europa tiene un papel clave, pero también limitado, excluida de las negociaciones y con una perspectiva nada optimista a corto plazo.

Pese a que la guerra se ubica en suelo europeo, los Veintisiete han sido completamente aislados de las negociaciones, quedando como meros espectadores en mesas de diálogo celebradas en Arabia Saudí y en Turquía con delegaciones de Estados Unidos y de ambos países en conflicto. Sin rastro de representantes del viejo continente.

Por lo tanto, aunque Europa puede tener algunas herramientas para tratar de llegar a una solución, estas son escasas y más teniendo en cuenta la división actual de los Estados . "Existe la posibilidad de las sanciones económicas, ofrecer apoyo al país invadido y, por supuesto, el uso de la diplomacia", señala a Vozpópuli Andrés Gómez, vicechancellor for International Relations de ESIC.

Sin embargo, reconoce que, "por desgracia", y teniendo en cuenta que el actual es un "entorno geopolítico tan inestable", hay "muchas limitaciones". Pese a contar con la baza de las sanciones económicas -la Unión Europea ya ha aprobado 17 paquetes para intentar mermar la economía rusa, cortar los ingresos energéticos y frenar a la 'flota fantasma clandestina'-, lo cierto es que "parece que el impacto real es escaso".

Otra de las herramientas que emplea Europa es el "apoyo militar a Ucrania". "Estados Unidos, la OTAN y la UE han proporcionado armamento avanzado", explica el también doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales. No obstante, Europa intenta evitar "una intervención directa" por varios motivos.

Putin está ganando tiempo porque él sabe que el tiempo juega su favor, por eso intenta aguantar y engañar".

Tal y como señala el Real Insituto Elcano, porque "hay un temor a una escalada de violencia que pueda llevar a una guerra más grande en Europa, con mayor inestabilidad y con consecuencias devastadoras". De hecho, Putin ya ha amenazado en varias ocasiones con entrar en guerra con la OTAN si los países autorizan el uso de misiles de largo alcance a Ucrania para atacar objetivos dentro del territorio ruso.

Los misiles ATACMS y las falsas negociaciones de Putin

Lo máximo que han llegado a autorizar los aliados de Zelenski han sido los misiles ATACMS, pero en una sola región rusa, Kursk. El pasado mes de noviembre, el entonces presidente estadounidense, Joe Biden, autorizó a Ucrania a utilizar misiles de alto alcance solo para defender su posiciones ofensivas en la citada región, donde el ejército de Moscú recibía ayuda de miles de tropas procedentes de Corea del Norte.

Además de los ATACMS, Ucrania dispone de otros misiles de crucero, los Storm Shadow suministrados por el Reino Unido, y los SCALP-EG, proporcionados por Francia, pero su uso en territorio ruso estaba prohibido. No obstante, con la decisión del demócrata, Putin aseguró que desde ese momento, el conflicto en Ucrania había "adquirido o elementos de caracter global".

"Recomiendo a las élites gobernantes de aquellos países que tiene planes de utilizar sus contingentes militares contra Rusia que piensen seriamente esto", añadió entonces el líder ruso.

Vladímir Putin IMAGEN: Vladímir Putin. EFE

Sin embargo, pese a que se plantean las negociaciones por la paz, que ya han tenido escenarios como Arabia Saudí y Turquía, lo cierto es que toda intención por parte de Rusia siempre se desvanece, lo que invita a pensar en que, quizá, detrás haya otros intereses y no tenga tanta predisposición por poner fin a la contienda. 

La última noticia en este sentido, es que el Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, ha propuesto celebrar el próximo 2 de junio en Estambul la segunda ronda de negociaciones, pero teniendo en cuenta los antecedentes, se espera que sean negociaciones lentas. 

Según Juan Moscoso del Prado, senior fellow del Centro de Economía Global y Geopolítica de Esade (EsadeGeo), "Putin está ganando tiempo porque él sabe que el tiempo juega su favor, por eso intenta aguantar y engañar". La guerra "se sitúa el solo europeo pero el modelo que defiende Putin y su régimen es el contrario al modelo europeo, el modelo en el que se basa nuestra sociedad y nuestro modelo de convidencia", explica.

Someter a Kiev y la desaparición de Ucrania

"Eso hace que sea muy difícil llegar a un acuerdo con Moscú, porque Ucrania ha sido invadida por hacer propios los valores europeos y Rusia nunca va a aceptar un acuerdo que concluya sin someter a Kiev", continúa el experto en Relaciones Económicas Internacionales. 

Si la guerra acaba "con Putin como vencedor" y "consiguiendo que se eliminen las sanciones económicas, probablemente Ucrania desaparecería, habría millones de refugiados ucranianos en Europa y en todo el mundo y Ucrania se convertiría en un país satélite de Rusia bajo un régimen de represión y de violencia política", asegura Moscoso del Prado.

Volodímir Zelenski IMAGEN: Volodímir Zelenski. EFE

Así, Zelenski "nunca va a aceptar un acuerdo que suponga poder comprometer su futuro democrático dentro de la UE, siendo una sociedad libre más. Tampoco es posible que la comunidad internacional reconozca como territorio ruso un espacio ocupado militarmente, con violencia".

"Hemos visto conflictos territoriales entre grandes potencias, como entre India y Pakistán, que pueden dudar décadas", y este caso se antoja arduo ya que, aunque hay herramientas, "son escasas" y no parece que vayan a funcionar "a corto plazo". 

Tal y como explica Gómez, existen varios factores que complican el desenlace del conflicto de forma temprana, como el "estancamiento militar", la "fatiga internacional" y la "incertidumbre en las negociaciones". El frente se ha estabilizado en gran medida, aunque Rusia "ha intensificado su ofensiva en regiones como Donetsk y Sumy.

En cuanto a la fatiga general, el experto de ESIC afirma que aunque el apoyo económico y militar continúan, "hay señales de desgaste político en algunos países occidentales". Finalmente, las negociaciones son "inciertas", ya que aunque existen "intentos de diálogo", como las recientes conversaciones en Estambul, "no hay avances concretos debido a la negativa de Putin a participar directamente". 

Europa, debilitada

En este contexo, Europa se debilita y, además de haber quedado como mera espectadora de un conflicto que ocurre en su propio terreno, está inmersa en el momento de "máxima debilidad" del tablero geopolítico, así como de las instituciones multilaterales. "Es un debilitamiento que se agudiza rápidamente", especialmente con la agitación que ha supuesto el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. El magnate está "abandonando también esos valores"

"La Unión Europea está sola, está aguantando la presión también procedente de Estados Unidos", añade por su parte Moscoso del Prado. No obstante, "juega un papel clave" en tres áreas: la presión económica, el apoyo humanitario y militar y la diplomacia secundaria. "Europa lidera las sanciones más amplias impuestas a Rusia desde el inicio del conflicto, ha acogido a millones de refugiados y enviado ayuda militar y financiera a Kiev y, aunque no lidera las negociaciones, influye en ellas a través del peso económico y político", explica Gómez.

Hay numerosos informes que acusan a Putin de violaciones sistemáticas de estas normas, lo que podría derivar en juicios internacionales en el futuro".

De esta manera, la pregunta del millón es qué puede hacer la comunidad inernacional para rebajar la tensión e intentar frenar el conflicto, así como qué ocurre con las llamadas "leyes de la guerra". A diferencia del conflicto en Gaza, en el que a día de hoy es "complicado" aplicarlas porque estas se crearon para actuar cuando el conflicto se da entre dos estados, entre dos ejércitos regulares, en el caso de Ucrania y Rusia sí entrarían en juego.

Especialmente, se aplican los convenios de Ginebra, en los que se prohíbe "ataques deliberados contra civiles, el uso de armas prohibidas y las deportaciones forzadas y crímenes de guerra". Tal y como señala el experto de ESIC, "hay numerosos informes que acusan a Putin de violaciones sistemáticas de estas normas, lo que podría derivar en juicios internacionales en el futuro". 

"La democracia, el respeto y la defensa de las minorías, los derechos humanos, la toma de decisiones por métodos democráticos... todo el respeto del estado de derecho y en el marco internacional va en contra del proyecto de Putin, que es un proyecto autoritario (...) Ha entrado en una visión nostálgica, en el resentimiento que sienten él y las élites rusas respecto al pasado y se apoyan en una visión sesgada de la historia y que repite mil veces para justificar su falso relato", concluye Moscoso del Prado.

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