Política

Sánchez eliminó el compromiso del PSOE de limitar los aforamientos tras estallar el 'caso Koldo'

El partido citó en las resoluciones del 39 y el 40 congreso su voluntad de acotar el uso de esta prerrogativa. Pero desapareció en el último, en Sevilla

  • Pedro Sánchez (c) en el 41 congreso del PSOE. -

Santos Cerdán es el hombre que organizó el 41 congreso federal del PSOE. El secretario de organización ratificó todos y cada uno de los procesos: desde la ponencia hasta la resolución política. Este diario ha comprobado que el compromiso del partido de limitar los aforamientos desapareció de la conclusión del último cónclave socialista, que se celebró en Sevilla entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre del año pasado con el ‘caso Koldo’ ya en los medios y en el juzgado. 

La resolución del 39 congreso, que se celebró en 2017 tras las primarias en las que Pedro Sánchez recuperó la Secretaría General del partido, venciendo a Susana Díaz y a Patxi López, estipuló lo siguiente al respecto: “Los aforamientos deben limitarse a los supuestos relacionados con el ejercicio del cargo, de tal forma que sean la excepción y no la regla, y la plena inmunidad parlamentaria ha de ser suprimida”.

Del mismo modo, la resolución del 40 congreso, que los socialistas organizaron en Valencia entre el 15 y el 17 de octubre de 2021, tras la destitución de José Luis Ábalos como secretario de organización y ministro de Transportes, apuntó: ”Las demandas de regeneración y ejemplaridad interpelan a todos los niveles de gobierno e instituciones del Estado. Impulsaremos medidas como la reforma constitucional para limitar el aforamiento de diputados y diputadas, senadores y senadoras e integrantes del Gobierno a las actividades realizadas en el ejercicio de su cargo”.

La omisión al aforamiento destroza la credibilidad de Ferraz en materia de regeneración democrática

Sin embargo, en la resolución del 41 congreso no se hace ninguna mención explícita al aforamiento de diputados, senadores ni otros cargos públicos. Tampoco se aborda la cuestión de la reforma o supresión de los privilegios procesales de los representantes públicos o del poder ejecutivo o judicial. El texto contiene múltiples propuestas en materia de reforma institucional, transparencia, rendición de cuentas y calidad democrática, pero no incluye ninguna referencia directa a modificar el estatus jurídico procesal de los cargos aforados.

No deja de ser llamativo que en congresos anteriores el partido recogiera el compromiso para limitar o suprimir el aforamiento de cargos públicos y ahora no lo haga. Si lo hizo al antes era por responder al impulso de regeneración democrática como a la presión social por reducir los privilegios procesales. Cabe recordar que incluso llegó a registrarse una proposición de reforma constitucional en 2018 para suprimirlos, aunque nunca se culminó.

La eliminación o no inclusión del aforamiento en la resolución se puede interpretar como un giro estratégico que solo busca evitar poner el foco sobre estos privilegios procesales justo cuando el PSOE está afectado por varios escándalos. Esta omisión calculada y ratificada por su secretario general, destroza la narrativa de "regeneración democrática" que históricamente ha defendido el partido.

El PSOE lleva más de un año haciendo de la resistencia casi su único objetivo político

Los socialistas cerraron su último congreso postergando todo debate al momento en el que el postpedrismo sea una realidad y exhibiendo el carné de víctima, que volvieron a enseñar este lunes en rueda de prensa, porque se defienden de una trama "del odio". No hay tramas del PSOE, hay tramas contra el PSOE, como cantó el PP en su día.

Y eso explicó por qué en Sevilla se dio una patada hacia adelante, por ejemplo, en temas tan controvertidos como la financiación autonómica, el gran nubarrón que amenazaba con descargar una buena tormenta tras el pacto fiscal suscrito con la Generalitat. Todo se resolvió con una definición lo suficientemente ambigua del objetivo político del partido como para contentar a todas la federaciones territoriales a sabiendas de que no cuentan con una mayoría en el Congreso para impulsar esta reforma ni con el concurso del principal partido de la oposición, también perdido en disputas internas por el asunto de marras. 

Figuras relevantes del PSOE explican que toca guardar toda discrepancia interna en el cajón, porque ahora solo hay una cosa que hacer: defender al PSOE y a su líder del acoso ultra, en el que meten a jueces y medios de comunicación. No cabe otro debate posible. Todos en el partido invierten su tiempo en defenderse. Y eso, lamentan algunos dirigentes en conversación con este diario, no es proyecto político alguno. “¿Resistir? ¿Eso es un proyecto para España?”, lamenta uno de ellos.

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