Política

Marlaska insiste en que la dimisión de su segundo se debe a un asunto personal y lo desliga de la crisis en Interior

El ministro se remite al comunicado del PSOE, en el que niega que Leire Díez esté operando en nombre del partido para atacar a la UCO de la Guardia Civil

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha insistido este miércoles en que la dimisión de su segundo, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, se debe a un asunto personal y lo ha vuelto a desligar de la crisis abierta en su ministerio. El titular de Interior se remite al comunicado del PSOE emitido este lunes, en el que niega que la militante socialsita Leire Díez esté operando en nombre del partido para atacar a la UCO de la Guardia Civil, como se desprende de uans grabaciones publicadas por El Confidencial

"Hay un momento en que toda persona decide cambiar y volver a otra vida después de haber dado todo por las Fuerzas de Seguridad del Estado", ha dicho Marlaska en los pasillos del Congreso, donde se ha celerbado la sesión de control al Gobierno con la ausencia tanto de Pedro Sánchez como de María Jesús Montero. El ministro se ha mostrado agradecido a su número dos por "un trabajo 24/7". "Hay momentos en que las personas deciden cambir de rumbo por cuestiones personales [...] La vida personal y familiar tiene su importancia", ha zanjado. Eso sí, Marlaska ha confesado que estaría encantado de de que Pérez siguiera en su puesto.

El Gobierno socialista se ahoga en un mar de chantajes, grabaciones, filtraciones y casos de corrupción que esparcen el mismo hedor que el presidente prometió ventilar nada más llegar a Moncloa. Sánchez siempre defendió la moción de censura de 2018 como una decisión ética, institucional y democrática, frente a un PP que se negaba a asumir responsabilidades tras una sentencia que acreditó la existencia de una caja B en el partido y la financiación ilegal de su actividad durante años.

Pero el deterioro institucional de la época Sánchez ha alcanzado su zenit con la última revelación: una grabación en la que Leire Díez, militante socialista y exasesora del Gobierno en varias empresas públicas, insinúa tener capacidad de influir en la Fiscalía y la Abogacía del Estado a cambio de material comprometedor sobre el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Balas, jefe de la UCO. Esta unidad es clave en las investigaciones anticorrupción. 

Pese a los vínculos de Díez con el PSOE y con la propia estructura gubernamental, el Ejecutivo ha optado por desentenderse. Leire Díez, por su parte, ha itido la autenticidad de los audios, pero ha afirmado que su intención era realizar una investigación periodística sobre posibles prácticas corruptas en la UCO, negando cualquier vínculo con el PSOE en este contexto. Este escándalo ha generado una profunda inquietud en el partido, donde se mezcla el estupor con el malestar, y ha abierto un nuevo frente de tensión política en el Gobierno.

 

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