Política

Illa mantiene un coche oficial para el servicio en Bélgica del fugado Puigdemont

El vehículo se lo facilitó el exconsejero de Economía de Junts, Jaume Giró, cuando su partido gobernó con ERC

  • El coche oficial que Illa mantiene a Puigdemont en Bélgica

El president socialista de la Generalitat, Salvador Illa, sigue manteniéndole a Carles Puigdemont un coche oficial propiedad de la Generalitat para sus desplazamientos en Bélgica. Aunque el anterior Govern, presidido por el separatista Pere Aragonès, advirtió a Puigdemont que tenía que devolver en la delegación de la Generalitat en Bruselas el coche que estaba utilizando.

Fue antes de las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo, hace justo un año, cuando el gabinete de Aragonès pidió a Puigdemont la devolución del vehículo oficial, un Seat Alhambra parecido al que venía usando también el presidente autonómico. Pero la convocatoria electoral y el resultado de los comicios, que permitió la llegada del socialista Illa al poder, paralizó ese requerimiento.

Ahora, doce meses después, Vozpópuli ha podido confirmar de fuentes muy cercanas al propio Carles Puigdemont que el líder de Junts sigue contando con ese coche oficial, propiedad del Gobierno catalán, para sus desplazamientos por Bélgica y el resto de Europa.

La Generalitat, ya con Illa al frente del Ejecutivo autonómico, ha optado por revocar la decisión que tomó el anterior Govern, el que presidía Aragonès, y dejar que Puigdemont pueda seguir contando con este privilegio pese a tener fijada su residencia fuera de nuestro país.

Privilegios de los expresidentes catalanes

La ley del estatuto de los expresidentes catalanes establece que la Generalitat debe cubrir a cada mandatario los gastos de una oficina con tres trabajadores, un coche de representación con chófer y servicios de seguridad. Además, la norma establece que estos tienen derecho a una asignación mensual del 80% de su retribución cuando eran presidentes, por un periodo equivalente a la mitad del tiempo que han estado en el cargo.

En la actualidad, solo Jordi Pujol, que está siendo investigado por la Audiencia Nacional por la supuesta corrupción que afecta a toda su familia, y Carles Puigdemont, por el hecho de residir fuera del territorio nacional, son los únicos expresidentes que tienen limitados estos beneficios.

Puigdemont lo pidió meses después de fugarse a Bélgica

Carles Puigdemont estableció su residencia en Bélgica hace siete años y medio. Se marchó de España, con el objetivo de eludir la acción de la justicia, el 5 de enero del 2018. La huida, más allá de un gran revuelo político, también tuvo consecuencias a nivel personal y profesional.

Una de ellas, es la que le impedía gozar de parte de los privilegios que tienen fijados por ley los expresidentes autonómicos catalanes. Por ejemplo, al residir fuera de Cataluña, legalmente los Mossos no pueden prestarle el servicio de escolta, por lo que lo hacen varios agentes de forma voluntaria.

Algo que provocó que el exconsejero de Interior, Miquel Buch, y un mosso que fue contratado como asesor del consejero para coordinar la protección de Puigdemont en el extranjero, fueran condenados -y posteriormente amnistiados-.

Inicialmente, a diferencia de ahora, el Ejecutivo de Quim Torra -pese a ser de su partido-, tampoco le otorgó el coche oficial del que sí gozaban Pujol, Pasqual Maragall, José Montilla o Artur Mas. Pero el exconsejero Jaume Giró, de Junts, se lo devolvió a escondidas cuando dirigía la consejería de Economía, de quien depende el parque móvil de las autoridades catalanas.

Unos meses más tarde, ya sin Junts en el gobierno, tras romper el acuerdo que firmaron con ERC, cuando una consejera cercana a Aragonès relevó a Giró en el cargo, se dio cuenta de que la Generalitat estaba pudiendo incumplir la ley.

Fue entonces, semanas antes del adelantamiento electoral que provocó la salida de Pere Aragonès del Palau de la Generalitat, cuando desde su gabinete exigieron a Puigdemont que entregase el coche oficial en la delegación del Govern en Bruselas. Algo que nunca ocurrió y que, con la llegada de su socio Illa, el PSC dejó sin efecto.

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