Inmobiliario

El ‘coliving’, el ‘flexliving’ y el ‘hartazguing’ de no poder permitirse una vivienda propia

El márketing ha inventado términos y reclamos de todo tipo para no acomplejar a los que comparten piso

  • Grupo de jóvenes en un 'coliving' -

“Tendencias emergentes”, “solución a los nuevos desafíos de la vivienda”, “modelo de convivencia que trasciende el modelo de espacios compartidos”… Estas son las expresiones con las que los profesionales de la mercadotecnia pretenden normalizar un concepto que genera tanto hastío como el “coliving”, que no es otra cosa que compartir piso con otras personas. El concepto inicial, hacía referencia a mútliples estancias de uso común, pero en la actualidad muchos lo llegan a usar para una vivienda en la que las zonas comunes de 10 personas pueden circunscribirse a una cocina y un baño.

Este “formato actual” de alquilar por habitaciones está en auge por culpa del escenario de escasez de vivienda en el que nos encontramos. Principalmente, en las grandes urbes, como Madrid y Barcelona. El modelo consiste en compartir las áreas comunes, no solo la vivienda, y esos lugares son muchos los que ven con buenos ojos compartir experiencias con los compañeros de piso.

El precio puede oscilar entre 500 euros al mes en opciones básicas y más de 1.200 euros en las opciones más ‘’. Algunos se han alejado del enfoque de bajo coste para centrarse en la flexibilidad y en la posibilidad de convivir con profesionales globales.

El coliving, por tanto, fomenta la vida en comunidad y debería incluir áreas especializadas como zonas de trabajo, comedor, gimnasio o zona para la lavandería. Aunque a nadie se le escapa que según continúe empeorando el mercado de la vivienda, los precios seguirán al alza, y las características de estos colivings tendrán cada vez peores prestaciones.

¿Cómo surge el coliving?

El coliving tiene sus raíces en Silicon Valley, donde la escasez de vivienda y el aumento de jóvenes atraídos por el epicentro tecnológico generaron una crisis habitacional. En un mundo que tiende al individualismo y la consecuente soledad, las grandes ciudades europeas, como Londres, Berlín o Copenhague se fueron sumando a la moda debido a sus problemas crónicos de superpoblación.

Aunque cada coliving es único, hay elementos comunes. Todos cuentan con habitaciones o áreas privadas que garantizan la intimidad de los residentes, las cuales pueden incluir baño propio y suelen estar amuebladas para facilitar la movilidad.

Los espacios compartidos varían según el enfoque del proyecto y el nivel de innovación del diseño. 

En un coliving moderno, es habitual encontrar áreas de coworking, gimnasios, bibliotecas o incluso piscinas, todo pensado para fomentar la socialización y las sinergias entre los inquilinos. Un paso más para el perfeccionamiento de la casa compartida.

Ahorro económico: Este modelo busca reducir los gastos de vivienda, aunque el coste depende de los servicios y la ubicación. Aun así, permite residir en grandes ciudades a precios más accesibles.

Flexibilidad: Ideal para quienes valoran la movilidad, ya que facilita mudanzas sin contratos rígidos, con opciones de alquiler por semanas o meses.

Vida en comunidad: Fomenta la interacción, el aprendizaje y la solidaridad, contrarrestando el aislamiento social.

Oportunidades laborales: Al convivir con profesionales como freelancers o nómadas digitales, surgen colaboraciones y aprendizaje mutuo.

Red de os: Es una forma excelente de hacer amigos, especialmente al llegar a una ciudad desconocida.

Más tiempo libre: Servicios como limpieza o lavandería liberan tiempo para el trabajo o el ocio.

Sostenibilidad: Compartir espacios optimiza recursos, y muchos colivings apuestan por energías renovables y ubicaciones céntricas que reducen desplazamientos.

El flexliving en España

Pese a que España fue a uno de los últimos países a los que llegó, el concepto del coliving está echando raíces con fuerza en Madrid y Barcelona, superando a otros países del entorno como Alemania u Holanda. Por suerte, aún seguimos lejos de Reino Unido o Francia. Según JLL, en los próximos años habrá 33.800 plazas de "flex living" en nuestro país, con Madrid liderando con 15.400 camas y Barcelona con cerca de 5.000. Otros puntos clave son Valencia, Guipúzcoa, Málaga y Vizcaya.

Un estudio de Urban Campus de 2024 destaca que la mayoría de las personas que comparten piso en la modalidad "coliving" son jóvenes profesionales (71% trabajadores por cuenta ajena) de una edad media de 35 años. El 11% de ellos, en suma, son emprendedores.

Paralelamente, el 68% se encuentra trabajando actualmente, al tiempo que un 20% trabaja y estudia a la vez y un 8,6% solo estudia.

La tendencia forma parte de un "cambio de paradigma" que viene por una comunidad cada vez más internacional, con un 37,4% y presencia de más de 47 nacionalidades.

El 62% de los consultados destacan sus servicios incluidos (desde WiFi hasta servicios de limpieza), al tiempo que también son muy valoradas las zonas comunes (50%) y la localización (48%) que son el tercer y cuarto motivo que motiva la elección de este modelo residencial. 

De hecho, el 92% de los encuestados ha participado de al menos algún evento social en estos edificios.

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