En el corazón del desierto del oeste de Estados Unidos, bajo la superficie de la antigua caldera volcánica de McDermitt, se encuentra un tesoro mineral que podría redefinir el equilibrio energético global: el mayor depósito de litio jamás identificado, con un valor estimado de 1,5 billones de dólares. Este hallazgo no solo posiciona a EE. UU. como un actor clave en la producción de baterías para vehículos eléctricos, sino que también plantea desafíos ambientales y sociales significativos.
Un yacimiento sin precedentes. La caldera de McDermitt, una estructura volcánica de 16 millones de años ubicada en la frontera entre Nevada y Oregón, alberga vastas capas de arcilla rica en litio. Estudios recientes estiman que esta región contiene entre 20 y 40 millones de toneladas métricas de litio, lo que la convierte en el depósito más grande conocido a nivel mundial. El área más explorada, conocida como Thacker , representa menos del 1% de la superficie total de la caldera, lo que sugiere un potencial aún mayor en las zonas no estudiadas.
Impulso estratégico para la transición energética
El gobierno de EE. UU. ha reconocido la importancia estratégica de este yacimiento. En 2023, el Departamento de Energía aprobó un préstamo condicional de 2.260 millones de dólares a la empresa Lithium Americas para desarrollar la mina de Thacker . Se espera que la producción comience en 2028, con una capacidad inicial de 40.000 toneladas anuales de carbonato de litio, suficiente para abastecer baterías de hasta 800.000 vehículos eléctricos al año.
Además, General Motors ha invertido 625 millones de dólares en el proyecto, asegurando un suministro a largo plazo de este recurso crítico para la fabricación de vehículos eléctricos.
Desafíos ambientales y sociales
A pesar del entusiasmo económico, el proyecto ha enfrentado oposición de grupos ambientalistas y comunidades indígenas. Las preocupaciones incluyen la posible destrucción de hábitats de especies protegidas, como el urogallo de las artemisas, y la alteración de sitios sagrados para las tribus locales. Aunque algunos grupos indígenas han apoyado el proyecto por los beneficios económicos, otros han presentado demandas legales para detener su desarrollo. Aun así, todo apunta a que se terminará llevando adelante el proyecto.
Un futuro por definir. El depósito de litio en la caldera de McDermitt representa una oportunidad única para que EE. UU. reduzca su dependencia de proveedores extranjeros y avance hacia una economía más sostenible. Sin embargo, el éxito de este proyecto dependerá de la capacidad para equilibrar los beneficios económicos con la protección del medio ambiente y el respeto a las comunidades locales.
A medida que el mundo avanza hacia la electrificación del transporte y la adopción de energías renovables, la forma en que se gestione este yacimiento podría servir como modelo para futuros desarrollos mineros sostenibles.
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