Cuando se viven circunstancias tremendamente duras, como la vivida por el niño de Santander con parálisis cerebral al que sus compañeros de clase agredían y humillaban con crueldad, solo queda ser fuerte. Solo queda mirar hacia adelante, tanto para quien las sufre como para sus familias, solo queda ‘Superación en Cada Momento’. Así es como se titula el libro escrito por Marta Soto, publicado en la editorial Círculo Rojo.
Soto tiene parálisis cerebral desde que nació, y por un problema en el parto, la parte que ‘manda’ caminar al cerebro quedó bloqueada.
“Es indignante lo que ha pasado con ese pobre niño. Estamos en 2025 y parece que seguimos como al principio, apenas hemos evolucionado. Deben tomarse medidas urgentes, situaciones tan tristes nos desmotivan a todos”, explica a Vozpópuli la autora que ha vivido en sus propias carnes como, quienes deben apoyarte y estar a tu lado, hacen todo lo contrario; te relegan, te hacen de menos, te vejan.
“En casa todo iba bien. Siempre me enseñaron a normalizar mis circunstancias, a pesar de lo poco adaptada que estaba la sociedad para las mismas. Pero cuando llegaba al colegio, todo cambiaba”, recuerda la joven.
Soto no considera que fueran sus compañeros quienes le hicieron bullying, vivió situaciones feas, pero puntuales, lo problemático fue el trato poco profesional que vino por parte del personal docente. Cuando su colegio tuvo que invertir en rampas y otros sistemas de adaptación, empezó a vivir comportamientos poco adecuados por parte de sus profesores.
Los ataques iban dirigidos a su autoestima, la falta de empatía y la exposición eran terribles tratándose de una niña. Por ejemplo, a la hora de hacer excursiones, la ahora escritora tuvo que escuchar barbaridades del estilo: “No podemos ir a la excursión porque un bus adaptado para Marta es muy caro, lo siento”, dijo una profesora en una ocasión dirigiéndose a toda la clase.
“Me trataban de manera injusta. Se notaba en sus caras, nadie me sonreía, me recordaban mis limitaciones y mi enfermedad siempre que había alguna actividad. Siempre la culpa de no poder hacer algo era de mi parálisis y no de sus mentalidades”, revive la escritora.
“Al menos, tenía todo el amor del mundo con los míos cuando acaban esas horas interminables. Todas las miradas, gestos, críticas y burlas verbalizadas me hicieron hablar conmigo misma y creo que es un punto, que a la larga, tuve a mi favor”, sopesa Soto, que con el tiempo se hizo cada vez más fuerte.
Resistir y celebrar la vida
El testimonio de Soto, y su libro, son honestos y conmovedores. La escritora nos da la mano para acompañarla en el camino de la aceptación y la resistencia.
Desde la infancia a la juventud, la joven madrileña nos enseña que nada puede hacer que no nos aceptemos a nosotros mismos. Con su sonrisa muestra no solo superación si no también ese frenesí de cuando sabemos que las cosas salen bien gracias a nuestro propio esfuerzo, ese doble ‘boom’ de dopamina que sentimos al saber que nuestros logros vienen de nuestra determinación, de no rendirnos nunca.
Superación en cada momento
En su libro, Soto celebra la vida y los logros que ha conseguido en su vida. “Siempre pensé en lo interesante qué sería contar cómo es vivir con parálisis cerebral y mi día a día, pero no encontraba las palabras. En 2020, conseguí sacarme el carnet de conducir y nadie me veía capaz, solo me vi capaz de ello yo misma y lo conseguí. Ahí tuve la necesidad de gritar al mundo que solo uno mismo conoce sus límites y que si luchas por ti mismo hasta el final, todo sale adelante”, sostiene Soto.
De niña, Marta Soto nunca dejó su colegio, ningún otro en su municipio estaba adaptado, pero la situación mejoró cuando llegó al instituto. En ese momento, le ofrecieron competir en natación, una de las actividades que hacía como parte de su terapia por la parálisis.
“La primera vez estaba nerviosísima, no creía ni que llegase al final de la piscina. La sensación de tocar la pared y ver a mis padres llorando de alegría fue indescriptible y seguí presentándome a más campeonatos”, explica Soto, que poco tiempo después volvió a superarse así misma y se convirtió en campeona de España de natación adaptada en su categoría.