El prematuro hacker José Luis Huertas, más conocido como Alcasec, dijo tras una de sus últimas detenciones que quería rehacer su vida. Iba a dejar de delinquir para hacer el bien. Había creado una empresa de ciberseguridad, Havenio Technology, para prestar servicios de consultoría a otras entidades y "divulgar" sobre la materia. Ahora, esta sociedad ha vuelto a llevarle a prisión. La Policía Nacional y el CNI creen que la utilizaba para "blanquear" una presunta organización criminal dedicada a cometer ciberataques, crear bases de datos automatizadas con Inteligencia Artificial y comercializar información sensible de millones de ciudadanos.
Para afrontar ese lavado de imagen de cara al exterior, el pirata informático acudió a su abogado y "referente personal", el ex secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, quien le ayudó a constituir dos sociedades a cambio de 1.500 euros. Una de ellas era Havenio, con la que Huertas firmó varios convenios con universidades y periódicos, según revelan fuentes del caso, que aún está bajo secreto. La Policía sostiene que con esta actividad "legitimaba socialmente" el uso presuntamente criminal de la "sofisticada" estructura que había desarrollado.
Uno de los "clientes" de Havenio Technology fue, según avanzó el diario Público, la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Su consejo de gobierno aprobó un convenio de colaboración con la empresa istrada por Alcasec -que ya era una figura pública por sus sonadas detenciones- en julio de 2024, apenas cuatro meses después de su constitución. El cometido del acuerdo era "desarrollar acciones de investigación, divulgación y formación" en ciberseguridad, identificando "vulnerabilidades de entidades públicas y privadas", así como "riesgos" y amenazas" que ayudasen a reducir el "impacto de los ciberataques". Vozpópuli ha podido confirmar que también firmó acuerdos con medios de comunicación.
Mientras desarrollaba esta aparente actividad legal, Huertas, lejos de rehabilitarse, seguía lanzando ataques informáticos "sostenidos en el tiempo" con los que buscaba obtener un rédito económico final. La Comisaría General de Información (GGI), al mando de las pesquisas, seguía de nuevo de cerca los movimientos de Alcasec a raíz de la denuncia presentada la Comisión Nacional de la Competencia (CNMC) por un ciberataque que había provocado la "exfiltración" de miles de datos de sus sistemas. La organización también se había infiltrado en "empresas estratégicas" y en otros organismos públicos como Puertos del Estado, así como en energéticas y sistemas de transporte.
El ex 'número dos' de Interior le abría "puertas"
Al indagar en las relaciones del joven pirata informático, de 21 años, los investigadores detectaron su estrecha relación con Francisco Martínez, quien ejerció su defensa cuando un Alcasec todavía menor afrontó su primera causa. El vínculo se prolongó en el tiempo y, según las fuentes consultadas, el ex número dos de Interior en el Gobierno de Mariano Rajoy se convirtió en un "referente personal" para Huertas y se ofreció a "abrirle puertas" para lanzar su carrera profesional. En ese contexto, el hacker le pidió ayuda para constituir dos sociedades y Martínez accedió a cambio de 1.500 euros. Después, "se desvinculó" de la actividad de las mismas, según declaró el propio ex secretario de Estado en la Audiencia Nacional.
La jueza María Tardón, sin embargo, le envió a prisión provisional junto a Huertas ante el riesgo de que pudieran destruir pruebas en caso de quedar libres. En concreto, la Policía quiere asegurarse de tener en su poder las bases donde Alcasec almacenaba datos de millones de ciudadanos. La obra magna de Alcasec es el buscador Udyat o El ojo de Horus, un buscador donde estaría organizando con Inteligencia Artificial toda la información obtenida de forma ilícita para después comercializarla.
Una empresa de cachimbas sin actividad
Pero en la operación Borraska, como la bautizó la Policía, no sólo están implicados Huertas y Martínez. También fueron detenidos el youtuber Álvaro Martín, conocido en redes sociales como Valyrio, y un amigo de Alcasec de nombre Adrián M. El segundo es el responsable de la segunda sociedad sobre la que pusieron el foco los investigadores. Su nombre, Horus, coincide con el de la base de datos ideada por su compañero hacker e iba a estar dedicada al negocio de las cachimbas. Sin embargo, al contrario que con la empresa de ciberseguridad Havenio, no ha tenido ninguna actividad desde su constitución, en la que también colaboró Francisco Martínez.