Política

La gestión de los escándalos que asedian a Sánchez provoca un cisma entre Moncloa y Ferraz

Crece el malestar en el partido por tener que dar la cara para tapar al Gobierno mientras el presidente permanece callado

  • Ejecutiva del PSOE. -

Algo se ha roto en la relación entre el Palacio de la Moncloa y la planta noble de la sede federal del PSOE. La gestión de los escándalos que asedian al Gobierno no está acompasada. Los mensajes no están sincronizados y ambas sedes se echan la pelota en el tejado mutuamente. Cada día que pasa, según ha sabido este diario, crece el malestar en el partido por tener que dar la cara para tapar al Gobierno mientras el presidente permanece callado.

Da la sensación de que el Partido Socialista se ha metido en un callejón sin salida. Parece no haber escapatoria ante el cúmulo incesante de filtraciones, grabaciones, chantajes, conspiraciones y guerra sucia en las cloacas del Ministerio del Interior que sale a borbotones de la sede socialista de Ferraz y que, día sí y día también desde hace meses, refleja la prensa española. Pedro Sánchez lleva casi dos semanas sin conceder pregunta alguna. Este lunes repitió comparecencia sin periodistas en Melilla.

Para medir la gravedad de las crisis basta echar un vistazo al jardín de críticas que aflora en el patio de Ferraz, porque en los últimos días han crecido algunas inesperadas. El portavoz en el Congreso, Patxi López, o la presidenta del partido, Cristina Narbona, acompañan a los habituales Emiliano García-Page y Javier Lambán. El expresidente aragonés incluso demanda a Sánchez que se plantee terminar con la agonía y convocar elecciones para salir del atolladero. En privado, los socialistas no salen del aturdimiento.

Moncloa crea un cortafuegos a Ferraz

En estos momentos, la obsesión del núcleo duro de Moncloa es crear un cortafuegos en torno a Ferraz. No quieren que los ministros, y por supuesto el presidente, pisen alguna de las minas que rodean al Ejecutivo. El escándalo de la militante socialista Leire Díez, apodada como la ‘fontanera’ socialista, ha sido la última estocada a una relación tirante desde que trascendió que la UCO, la unidad policial a la que Díez quería desacreditar, ultima un informe demoledor sobre el secretario de organización, Santos Cerdán.

Fue entonces cuando Moncloa comenzó a marcar distancias con Ferraz: “Santos no es un hombre del Gobierno”. “Si hubo chantaje [sobre los whatsapps entre Sánchez y Ábalos] llegó a Ferraz”, etc. El propio presidente evitó pronunciar el nombre de su mano derecha en el PSOE cuando el PP le preguntó en el Congreso por él y el susodicho documento de la Guardia Civil en el que, supuestamente, se le vincularía con adjudicaciones a empresas constructoras. 

El líder socialista se limitó a criticar que los populares ataquen a “personas honestas”. Cabe recordar que Díez es una persona muy vinculada a Santos Cerdán. Los cuadros del partido empiezan a entonar el 'sálvese quien pueda'. Pedro Sánchez flaquea y, sin alternativa a su liderazgo en una organización con más de 140 años de historia, por las agrupaciones se asienta la congoja. Los socialistas se resignan a cerrar el ciclo del secretario general, acorralado por la corrupción. El resto de dirigentes socialistas consultados por este diario no llegan a tanto. Pero sí iten que “la cosa está jodida”, se sincera un socialista curtido en batallas internas. 

El resto de alcaldes y candidatos socialistas, en la cuerda floja

Otra socialista veterana lamenta que “lo malo de todo lo que está pasando es que quedarán cenizas muy difíciles de volver a encender”. Esta exdirigente, conocedora como pocas de la entrañas del partido, explica que pese a la crisis, buena parte de las plantas nobles de Ferraz está “en clave de resistencia y ataque”. Lo que vienen a advertir estos socialistas es que Sánchez y quienes están en el puente de mano con él no piensan en controlar el daño reputacional del partido. Tampoco en el resto de alcaldes y candidatos socialistas en las elecciones municipales y autonómicas de 2027

El presidente solo contempla la guerra total contra la derecha política, mediática y judicial que, dicen, les tiene en el punto de mira. Sánchez cree fervientemente que sus adversarios se han puesto como único objetivo derrocarle como sea. Y en el partido hay quien cree que esa psicosis de Sánchez le puede llevar a cometer pasadas de frenada. Nadie entiende que se haya podido siquiera contemplar la posibilidad de utilizar a una militante del partido para recabar información comprometedora de jueces, policías y periodistas. El ruido sigue, aunque el Gobierno se haga el sordo y en Ferraz no sean capaces de bajar el volúmen

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