La historia de Itálica se remonta al siglo IV a. C., cuando un grupo de pobladores turdetanos se asentó en el cerro de San Antonio, cerca de lo que hoy conocemos como Santiponce. Esta pequeña meseta, que más tarde albergaría el teatro romano, se convirtió en el hogar de soldados veteranos del ejército de Escipión el Africano, quienes habían derrotado a los cartagineses en la batalla de Ilipa. Según la catedrática Cristina Rosillo, esta urbe pudo haber alcanzado los 10.000 habitantes, incluidos personajes ilustres como los emperadores Trajano y Adriano, nacidos fuera de Roma.
Itálica: una ciudad ceremonial
La época dorada de Itálica llegó en el siglo II d. C. de la mano del emperador Adriano. Según Juan Manuel Cortés Copete, Adriano fue uno de los emperadores más cultos de su tiempo. Este periodo de esplendor es el tema central del libro 'La Itálica de Adriano, una ciudad ceremonial', publicado recientemente por la Consejería de Cultura y Deporte. Bajo la coordinación del profesor Fernando Lozano Gómez, el volumen reúne 23 estudios de 16 investigadores que analizan el proyecto imperial de Adriano para convertir a Itálica en una ciudad ceremonial. El libro, dirigido al público general, está acompañado de fotografías e ilustraciones que recrean la ciudad adrianea. La obra se basa en un congreso celebrado en Roma y busca hacer accesible sus investigaciones a lectores no especializados.
El esfuerzo de los ponentes ha resultado en una publicación sin notas a pie de página ni citas bibliográficas extensas, lo que facilita su comprensión para el gran público. Además, estos estudios han servido de base para una exposición en el Conjunto Arqueológico de Itálica, abierta desde el pasado otoño. Adriano transformó Itálica en una capital religiosa, espiritual e ideológica del extremo occidente. La ciudad se amplió para celebrar fiestas y rituales que congregaban a multitudes para honrar al imperio y a sus dioses. Eventos como juegos gladiatorios, desfiles y competiciones deportivas explican el tamaño de las calles y la decoración de las casas.
El esplendor de sus espacios públicos, como templos y anfiteatros, es destacado por los autores del libro. Estos elementos reflejan la grandeza de Itálica y su importancia en el Mediterráneo. El libro también examina la arquitectura de los espacios ceremoniales, sus infraestructuras y las celebraciones documentadas. Se destacan elementos decorativos como los exvotos anatómicos y los mosaicos figurativos y geométricos. La capacidad del anfiteatro, que podía albergar hasta 35.000 espectadores, y el tamaño de una escultura hallada en Itálica son ejemplos de la magnitud de la ciudad. Estos datos demuestran que Itálica fue diseñada para atraer a visitantes de todo el Imperio, consolidando su estatus como una urbe de referencia.
¿Por qué Itálica es única?
Aunque otras ciudades como Esmirna, Pérgamo y Éfeso también fueron planificadas como centros ceremoniales, Itálica destaca por su legado casi intacto. Abandonada con el tiempo, su patrimonio ha llegado hasta nosotros en un estado excepcional. La obra 'La Itálica de Adriano, una ciudad ceremonial' es una valiosa contribución para comprender la importancia de esta ciudad en la antigüedad. A través de sus páginas, el lector puede sumergirse en la historia de una urbe que fue un punto de encuentro cultural y religioso en el Imperio Romano. La publicación está disponible en la web de Tiendas Culturales de Andalucía y en librerías.
Con un total de 267 páginas, el libro ofrece una visión detallada de Itálica bajo el reinado de Adriano. Este esfuerzo editorial es un testimonio del interés por preservar y difundir el legado de una de las ciudades más emblemáticas del Mediterráneo antiguo. La obra es una invitación a explorar la riqueza histórica y cultural de Itálica, un lugar que sigue fascinando a investigadores y visitantes por igual.
