Que el PSOE haya presentado una Proposición No de Ley (PNL) en el Congreso para paliar el impacto negativo de la deslocalización de empresas es algo que no sé si definir como ironía o como broma de mal gusto, pues no ha habido Gobierno en la historia de la democracia que más haya hecho por contribuir a la fuga de empresas que el Ejecutivo de Pedro Sánchez. La realidad es que no deja de ser grotesco e irónico que precisamente el mismo partido que en el Gobierno ha logrado con sus políticas crear un entorno cada vez más asfixiante para las empresas, sea el que se erija en proponente de soluciones coercitivas para evitar que las empresas se vayan.
¿Quiere el PSOE luchar contra el perjuicio de la deslocalización de empresas en España? Lo tiene muy fácil. Bastaría con disolver el Gobierno y convocar elecciones. Porque son sus políticas -y las de sus socios de Sumar- las que resultan una amenaza real para las empresas y las que consecuentemente las están espantando. De lo que huyen las empresas es de todo lo que este Gobierno representa en política de económica y laboral. No se trata de poner grilletes a las empresas para impedirles que se muevan. Se trata sencillamente de evitar que tengan ganas de moverse. Y todo lo que hace este Gobierno no invita a las empresas a otra cosa que no sea salir corriendo.
En España la productividad cae a doble velocidad que en Europa y sin embargo los costes laborales han incrementado un 20 por ciento desde 2019. ¿Necesita el PSOE más pistas para diseñar una política eficaz de verdad contra la deslocalización?
Repasemos algunos datos. España es uno de los cinco países donde más ha crecido la presión fiscal en los últimos trece años. España es también uno de los países en las que las empresas están sometidas a una sobrecarga burocrática más intensa, debido a una inasumible proliferación de registros, planes y protocolos obligatorios y un goteo interminable de medidas de control y supervisión que obligan a directivos y profesionales a dedicarse a lo improductivo en vez de concentrarse en lo productivo. En España la productividad cae a doble velocidad que en Europa y sin embargo los costes laborales han incrementado un 20 por ciento desde 2019. ¿Necesita el PSOE más pistas para diseñar una política eficaz de verdad contra la deslocalización?
La deslocalización no se evita reteniendo a la fuerza, sino articulando las medidas necesarias para que a las empresas les interese quedarse en nuestro país, creando un entorno atractivo en donde inversión, talento y nuevas empresas encuentren condiciones ideales para prosperar y expandirse, donde empresarios y trabajadores no sean conducidos a una dinámica de relación conflictiva sino a una basada en la negociación colectiva, el diálogo social y el interés mutuo.
Por lo demás, con esta PNL se hacen evidente dos cosas: en primer lugar, el profundo desconocimiento del PSOE de la realidad del tejido productivo español, que no está compuesto mayoritariamente por multinacionales, sino por pymes a las que este tipo de iniciativas les deja muy claro que este Gobierno vive, en lo económico y empresarial, una realidad paralela a la que vive la inmensa mayoría del tejido productivo. ¿En qué tipo de organizaciones piensa el PSOE con este tipo de medidas? Está claro que no en las que representan más del 95% de nuestro tejido empresarial.
Extender la sospecha de que hay empresas españolas que están planeando deslocalizarse para poder desarrollar prácticas laborales abusivas, y amenazarlas con quitarles las ayudas públicas
Y en segundo lugar, lo que sobre todo revela esta PNL es la dedicación prioritaria del PSOE y del Gobierno a la propaganda y a la creación de trincheras ideológicas de buenos y malos. Porque, en el fondo, lo que con esta PNL hace el PSOE, o al menos pretende, es extender el odio social a las empresas y meter el miedo a los empresarios. Extender la sospecha de que hay empresas españolas que están planeando deslocalizarse para poder desarrollar prácticas laborales abusivas, y amenazarlas con quitarles las ayudas públicas.
Señores del PSOE, dejen de meter miedo y de inventarse problemas. Lo que mete miedo de verdad son las políticas económicas y laborales del Gobierno de Sánchez. El problema acuciante que tenemos de verdad no son las empresas y los empleos que podrían perderse por la deslocalización, sino las 80.000 empresas que ya han desaparecido en los seis años que el PSOE lleva gobernando con la izquierda radical. Dedíquense a lo importante, y hagan todo lo posible no solo por que las empresas de aquí no se vayan, sino por que las de fuera vengan y, sobre todo, por lograr que las pymes y autónomos sientan estímulo para seguir creciendo y no ganas de tirar la toalla.