Hace prácticamente un año (el 9 de mayo de 2024) BBVA decidió lanzar una oferta de compra por Banco Sabadell: le entregaba 1 acción del banco vasco a los accionistas del banco levantino a cambio de 4,83 de sus acciones. El interés no era nuevo, ya se negoció esta adquisición a finales de 2020 en una situación muy diferente tras la que no se llegó a un acuerdo. Hay que tener en cuenta que en esas fechas la acción del Banco Sabadell rondaba los 30 céntimos (hoy ronda los 2,5) y, aunque no se supo nunca cuál fue la oferta de BBVA, no debió alcanzar el medio euro ya que en los once días de negociaciones lo máximo que subió fue a 0,41. Los dirigentes de ambos bancos eran los mismos entonces que ahora, sólo que el del Sabadell, Josep Oliu era muy discutido ya que se consideraba un error haber comprado el TSB británico en 2015 (meses antes del Brexit) y los accionistas no estaban nada contentos con la evolución de la cotización. Incluso se dijo que la OPA se rechazó por su propia ambición personal (lleva en el cargo desde 1999).
Sin embargo, al acabar el primer trimestre de 2021, tanto Sabadell como TSB volvieron a los beneficios, y en 2023 el precio de las acciones del Banco Sabadell volvió a superar el euro. Parecía que había sido una buena decisión no malvender el banco casi en mínimos históricos de cotización y que el equivocado había sido Carlos Torres, presidente del BBVA, por no haber presentado una oferta mejor.
Por un lado, Cataluña no debe perder un banco “propio”, por otro no se debe reducir la competencia y, finalmente, se enarbola la bandera de defender el empleo ya que una fusión seguramente implique cierre de sucursales y despidos
Esa obsesión de BBVA por adquirir Sabadell le llevó a la nueva oferta de hace un año, mucho más generosa pero, a la vez, muy barata para el banco vasco ya que sólo contempla un intercambio de acciones. El accionista de BBVA asume totalmente el coste de la adquisición con la esperanza de mejores rendimientos futuros gracias a un mayor tamaño y con un aumento de beneficios por las supuestas sinergias positivas. Cuando se presentó, se creyó que la opa sería amistosa ya que había suficiente margen de beneficio como para que los accionistas de Sabadell aceptaran. Pero no fue así, y empezó una batalla cada vez más contaminada por la política.
Mientras que en bolsa ambos bancos empezaron a moverse en paralelo, más o menos siguiendo la ecuación de canje (que BBVA fue adaptando según se sucedían pagos de dividendos), con Sabadell comprando autocartera y aumentando dividendos para intentar convencer a sus accionistas de rechazarla y con BBVA emitiendo hasta anuncios (bastante ridículos en mi opinión) en televisión. Pero el principal frente fue, y sigue siendo, político. La dirección de Sabadell incluso decidió retomar la sede social a Cataluña este enero para aumentar aún más el apoyo de los partidos independentistas (que sumar al que tiene del PSOE y de todos los partidos de izquierda). La defensa política es clara: por un lado, Cataluña no debe perder un banco “propio”, por otro no se debe reducir la competencia y, finalmente, se enarbola la bandera de defender el empleo ya que una fusión seguramente implique cierre de sucursales y despidos.
Los despidos de Telefónica
BBVA ya compró en su día Caixa Tarrasa, luego Caixa Catalunya y está ya más que integrado en Cataluña. Lo de promover bancos regionales, en un contexto en el que hasta BCE pide fusiones transfronterizas, es propio de otro siglo. Sabadell, en su momento adquirió la CAM de Alicante, tiene intereses en Reino Unido, México y hasta Miami. Puede tener de nuevo su sede en Cataluña pero es un banco español con vocación internacional, así como BBVA es una multinacional que, ellos sabrán por qué, desea ampliar su mercado nacional. Lo único realmente importante dentro de los argumentos contra la opa es lo que tenía que decidir la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Dado que su dictamen ha sido favorable, no debería haber injerencias políticas de ningún tipo. Y respecto a los empleos, seguramente se perderán algunos pero estoy convencido de que la mayoría serán bajas voluntarias y prejubilaciones, así que deberían dejar decidir a esos empleados. Además, ¿cómo casa eso con los despidos que hará Telefónica tras el dedazo de Sánchez colocando como presidente a uno de su cuerda?
La clave de esta operación es que, una vez que todos los supervisores han dado su visto bueno, son los accionistas los dueños del Banco Sabadell. Son quienes han arriesgado su dinero los que deben decidir si aceptan o no la oferta de BBVA. Así debería ser. Sin embargo, el intervencionismo de este gobierno que tanto perjudicó a los accionistas de Talgo, que le llevaron a destinar casi 1.500 millones a reprivatizar parte de Telefónica (a la vez que decían que sin Presupuestos no podían aprobar nada), que mueve los hilos en Indra, Redeia y en tantas cotizadas, con ministros enfrentados a empresas concretas como Puente con Ouigo o Bustinduy contra Ryanair… y con parte del gobierno claramente en contra de los valores de “libre mercado” propios de la UE y contra todo empresario exitoso (que se lo digan a Roig), le llevará muy probablemente a boicotear la operación.
La mayor duda es qué excusa usarán (recordemos que con Talgo usaron un informe “secreto” del CNI) y ya la están preparando con el inédito anuncio de la “consulta pública” justo cuando tantas voces (hasta el PP) están en contra de la operación. Puede que no fuera necesario inventarse nada porque tampoco es muy interesante el canje para los accionistas de Banco de Sabadell pero todo apunta a que, simplemente, no les dejarán decidir. Quizás por eso BBVA ni se ha molestado en mejorar la oferta para asegurarse el Sí.
lepanto2012
10/05/2025 14:32
HAY QE ACABAR CON ESTA MAFIA CATANALA Y VASCA; FUERA ESTA GENTUZA DEL MANEJO DE LA ECONOMIA Y EL DINERO DE LOS ESPAÑOLES LO USAN COINTRA ESPAÑA Y LOS ESPAÑOLES