Opinión

De hombres discretos y dignos de respetar

Lector amigo, querría compartir contigo uno versos, unas coplillas de Juan Ruiz el Arcipreste de Hita, un eclesiástico al que por lo que dejó escrito quiero imaginar poco devoto, aunque

Lector amigo, querría compartir contigo uno versos, unas coplillas de Juan Ruiz el Arcipreste de Hita, un eclesiástico al que por lo que dejó escrito quiero imaginar poco devoto, aunque sí piadoso y comprensivo con la naturaleza humana. Llamo tu atención para recordarte que Juan Ruiz nació en 1283, o sea que estaba lejos del Renacimiento y cerca de la Baja Edad Media, y sin embargo parece asomar en su Libro de buen amor reposadas lectoras de Epicteto o hasta del mismo Marco Aurelio

- ¿A cuento de qué este circunloquio en esta Cotufa del jueves? 

-Bien, a cuento de unos versos que he memorizado a base de escuchárselos cantar a Paco Ibáñez en su mítico recital del Olimpia de París.  

-También de eso hace tiempo, ¿no? 

-Sí, lo grabó en 1969 y yo lo compré cuando Franco andaba flebítico, vivo de aquella manera y mal encarado. Ese doble Lp, que se decía antes, lo compré bajo cuerda junto a unos amigos en un puesto del Rastro de Madrid, y creo que fue la primera vez que escuché los gritos de libertad, libertad en una grabación en directo. Hace de aquello más de medio siglo… 

- ¿Y? 

-Pues que ahí hay un texto del Arcipreste que he recordado cada vez que he visto estos días la cara, la jeta de Messi en los diarios. Si te digo la verdad no me ha hecho falta pasar de los titulares para saber realmente qué es lo que ha pasado…De pronto he creído lo que tantos aficionados culés creen sin rechistar: que el Barça es más que un club. Ya lo veo, ya.  

-¿Vas a soltar de una vez la coplilla o no?  

-Aquí la tienes: Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar/al torpe hace discreto y hombre de respetar/ hace correr al cojo y al mudo le hace hablar/ El que no tiene manos bien lo quiere tomar.

Ayer en el pecho la bandera de Cataluña, hoy en el escudo la de París a cuenta de un árabe millonario que el petróleo ha hecho discreto y hombre de respetar

Como verás, buen amigo, las cosas han cambiado muy poco en los últimos 800 años. El dinero sigue pudiendo con todo, o casi todo. Ayer en el pecho la bandera de Cataluña, hoy en el escudo la de París a cuenta de un árabe millonario que el petróleo ha hecho discreto y hombre de respetar. Me dirás, y con razón, que eso le pasa a Messi y a todo el que tiene la oportunidad de elegir entre los principios y el dinero. Y te responderé que no. Que hay hombres y mujeres que le dieron la vuelta a la ecuación. Hace unos días, en estas lecturas veraniegas que la siesta ampara, leí con gran interés una reflexión escrita por Marco Aurelio para su particular consumo. Y me paro aquí porque no me deja de entusiasmar el hecho de que el amo del mundo a finales del siglo II escribiera recomendaciones para sí mismo, para su propio consumo porque quiere uno creer que no le faltaría quien se las hiciera a su medida. Pero no, en un acto de sinceridad impropio para un hombre que sólo tiene por encima el cielo, un a noche, a la luz de una vela escribió: Marco, no te cesarices.  

Y ahora, amigo, te pregunto ¿conoces a algún dirigente con esta inteligencia y valentía? ¿Te imaginas a Pedro Sánchez escribiendo algo parecido">Expulsar a la Policía Nacional

Esta forma de ir quitando forma al Estado a base de humillar el idioma que hablan 500 millones de personas, de echar a la Policía Nacional del centro de Barcelona para llevársela a un polígono donde no se les vea…Dices bien: melancolía, pero es también aburrimiento ante un país que dirime su futuro entre el poder y el dinero y no entre el esfuerzo y la igualdad.  

-Pues eso mismo que dejó dicho el Arcipreste, ¿no? de los hombres discretos y dignos de respetar que nos gobiernan…Poca dignidad, ninguna discreción.  

-Oye, oye…no te despidas, que te veo venir…¿Tú no ibas a traer a esta Cotufa el libro de Daisy Dunn sobre los dos Plinios, el Viejo y el JovenBajo la sombra del Vesubio?

-Así lo prometí y así lo haré la semana próxima, que no siempre uno termina escribiendo aquello que se propone. Hasta entonces, aprovecha los días que en verano son tan cortos, y haz bueno una de las máximas del viejo Plinio: Vita vigilia esto lo que es lo mismo: vivir es estar despierto.  Así, pero algo menos melancólico con las cosas de tu país, espero encontrarte la semana que viene. Vale.

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