Los Mossos d'Esquadra han cerrado la investigación sobre la muerte del empresario Isak Andic, fundador de la firma de moda Mango, concluyendo que no existió ningún indicio de criminalidad y que su caída por un barranco de 150 metros en Montserrat fue un accidente. Así lo recoge el informe policial que ha sido entregado al Juzgado de Instrucción número 5 de Martorell, encargado del caso.
Andic, de 71 años, perdió la vida el pasado 14 de diciembre mientras realizaba una excursión junto a su hijo mayor, Jonathan, en las cuevas del Salnitre, en Collbató (Barcelona).
Desde un primer momento, los investigadores apuntaron a una caída accidental, hipótesis que ha sido finalmente confirmada tras meses de diligencias que incluyeron análisis forenses, triangulación de móviles y nuevas declaraciones.
A pesar de que el caso fue inicialmente sobreseído de forma provisional, fue reabierto en marzo ante la insistencia de los Mossos en agotar todas las líneas de investigación. En ese proceso, se volvió a interrogar al hijo del empresario, cuya declaración inicial había presentado algunas contradicciones. Sin embargo, la nueva declaración disipó las dudas y permitió confirmar la veracidad de su testimonio.
Según fuentes policiales, no se ha hallado ningún elemento -ni en los dispositivos móviles, ni en el lugar del suceso, ni en los testimonios- que haga pensar en otra cosa que no sea un trágico accidente. La autopsia respaldó esta versión al atribuir la causa de la muerte al fuerte impacto de la caída.
Con la investigación policial concluida, será ahora el juez quien determine si se archiva de forma definitiva el caso. Todo apunta a que así será, dada la ausencia de pruebas que sugieran la intervención de terceros o algún acto delictivo.
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