Entrevista

Cultura

'La buena letra', un "homenaje" a quienes mantuvieron "a flote" a sus familias en la posguerra

Celia Rico adapta al cine la novela homónima de Rafael Chirbes en un drama impecable protagonizado por Loreto Mauleón

  • Fotograma de 'La buena letra' -

En 1992, Rafael Chirbes publicó La buena letra, una novela en la que una madre le cuenta a su hijo su historia familiar, llena de miserias y de silencios. Ahora, la cineasta Celia Rico adapta al cine aquel relato en una película homónima que pone la atención en la intimidad para hablar del dolor y de las heridas durante la posguerra.

La buena letra, que compitió en la pasada edición del Festival de Málaga por la biznaga de oro, está protagonizada por Loreto Mauleón, Enric Auquer, Roger Casamajor y Ana Rujas, y está ambientada en un pueblo valenciano en los años 40. Allí, una mujer, Ana, trata de salir adelante y recuperar el ánimo de su familia a base de guisos, infusiones y cuidados, no solo a su marido, sino también a su cuñado Antonio, que acaba de regresar tras un tiempo desaparecido.

Rico destaca en una entrevista a Vozpópuli que este es un "homenaje" a una generación de mujeres y de hombres que sufrieron, a sus "gestos invisibles y pequeños que en realidad fueron fundamentales para mantener a flote a tantas familias y tantas personas", y que se encuentran "en el gesto de cocinar con cuatro recursos, de coser o de zurcir una prenda de ropa que está rota, o de preparar la achicoria a el hombre herido de guerra, para que se levante y tome las riendas de su vida". "Esos gestos, que son los cuidados y los afectos, han sido más importantes que las grandes gestas, porque sin eso cómo se puede salir adelante", apunta esta directora.

"Esos gestos, que son los cuidados y los afectos, han sido más importantes que las grandes gestas, porque sin eso cómo se puede salir adelante"

Asimismo, reivindica desde el feminismo una mayor comprensión de la mujer que vivió en una época en la que "no tuvo muchas más opciones", ya que "si se salían del molde eran criticadas y los bichos raros, y si cumplían con lo que se esperaba de ellas, eran mujeres sumisas y abnegadas, no podían conquistar ninguna cuota ni de libertad ni de deseo, ni alcanzar ciertos sueños".

"Con estas dos mujeres de a película, se intenta reparar esta contradicción que vivimos nosotras de no querer parecernos a ellas, y el punto en el que las hemos juzgado. El presente de esta película es que miremos a esas abuelas de la misma manera que nos miramos entre nosotras, que sabemos que tenemos que tendernos brazos y manos y no lo contrario", reivindica la directora de La buena letra. 

Los personajes de esta película le han permitido a Celia Rico "conectar con su pasado y dialogar" de alguna forma con unas abuelas que fallecieron cuando ella era una adolescente. Además, completar también su trayectoria cinematográfica, en la que las relaciones entre madre e hija son tan importantes (Viaje al cuarto de una madre o Los pequeños amores, sus otras dos películas), y a las que le faltaba una abuela para "entender que esa relación que hacía de espejo también procede de esa otra generación, que tiene que ver con el sacrificio". 

Precisamente, una de las muchas herencias de aquella época fue la "cultura del sacrificio que se impuso durante el franquismo". "Los que pertenecían a ese bando les tocaba eso como castigo. Tiene algo de perverso, y es que cuando se asoma una rendija de felicidad en tu vida desconfías de ella porque piensas que no te la mereces. Somos nosotros, unas cuantas generaciones después, quienes hemos empezado a disfrutar", agrega. 

En este relato de la posguerra desde la intimidad que plantea Chirbes, aparecen también hombres frágiles que no son capaces de levantarse y a quienes sus mujeres no saben ni pueden ayudar más allá de los pequeños gestos. El sufrimiento, el duelo, el dolor o el miedo a lo que sucederá al día siguiente eran situaciones dolorosas que tuvieron que asumir y de las que, sin embargo, nunca hablaban. "Una de las cosas que menos nos han compartido los abuelos y los bisabuelos ha sido el sentimiento. Hablaban del hambre, pero no de cómo se sentían", agrega.

 

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli