Roca Barea (El Borge 1959) es ya una autora imprescindible dentro del ensayo español, donde no le ha faltado jamás colmillo para hincar el diente a los temas más polémicos. Escapada, al fin, de ese campo de minas que es la nación española, nos trae ahora una novela epistolar de nombre “Ingrata Patria” (Planeta, 2025) donde se reconstruye con precisión las luchas sociales de la república romana. Contenido clasicista, detrás de los Graco, de la gran matrona romana Cornelia, se esconden unas luchas sociales con ecos de actualidad.
Pregunta. ¿De dónde viene tu interés por esta época temprana de la república romana?
Respuesta. Hombre, mi interés viene fundamentalmente porque yo estudié clásicas en la universidad. Y Roma ha sido siempre, vamos, mi casa. O sea, que nada: está en mi vida desde que tenía 20 años.
P. ¿Por qué elegiste el género epistolar, con una esclava griega además como emisor, para esta novela? Está prácticamente en desuso, se considera decimonónico
R. Estudiar clásicas en mi tiempo se veía como una extravagancia Y voy de extravagancia en extravagancia, ¿qué le vamos a hacer? (risas).
P. ¿Crees que es más fácil para el lector esta estructura o quizás le complica?
R.Pues no lo sé. Como tú sabes, los romanos son muy aficionados a escribir cartas, largas cartas filosóficas…
P. De hecho, el término “escribir unas letras” con el mismo significado se mantiene en Francia, es de origen clásico, y desgraciadamente se ha perdido en España.
R. En cualquier caso, el género epistolar en el caso de la literatura romana tiene una tradición. Así que no venía mal ahí. Y era una forma de darle también cercanía y una voz íntima: al mismo tiempo estar dentro y fuera. Es decir, Antígona, la protagonista me ofrecía dos posibilidades: la creación de un personaje, que sirviera de intermediario -como el Quijote o Pedro Páramo- y que ese personaje estuviera vivo (actuara y fuera voz narrativa). Su posición como esclava, siempre al lado de Cornelia, supone un espejo de ella, lo que tiene muchas ventajas.
Elvira Roca Barea. Julio Tovar
P. En las letras de la protagonista se habla bien de los choques culturales Roma y Grecia ¿Podrías resumir al lector cómo era vista la cultura de la Hélade afeminada por las aristocracias latinas?
R. Las viejas aristocracias latinas veían con desconfianza todo lo nuevo: se debe de entender. Roma era un “parvenu”, un advenedizo, que acaba de aterrizar en el gran mundo político. Era solo una aldea del Lacio anteriormente, deslumbrada por Etruria -que absorbe su cultura-, y que al poco tropieza con el sur de Italia, la magna Grecia, que es más helénica que la propia Grecia. Bueno, son casi unos aldeanos. Y es normal que sientan esa desconfianza ante un mundo que les precede culto y con una larga tradición. Así que, fíjate, Roma no tenía todavía gran parte de su literatura y la historiografía, ¿Cómo no van a sentirse desconfiados ante el inmenso mundo cultural del mediterráneo clásico?
P. Recuerdo que en tu novela y en las fuentes clásicas se veía el afeitado helénico entre los romanos como afeminado.
R. Bueno, eso tiene sus modas y modos, ¿eh? Pero es verdad que la barba se consideró un factor de belleza en la masculinidad romana. Aunque también en el mundo griego: hubo una evolución.
P. ¿En qué época? ¿La helenística?
R. No, no, no, en la época clásica. Fíjate que en las estatuas griegas aparecen barbados. En las estatuas negras, o sea, las vasijas oscuras negras aparecen esos guerreros.
P. ¿Qué fuentes son referidas sobre Cornelia en la época clásica? ¿No existen historiadores que juzgan estas como manipuladas por una causa política?
R. Manipuladas por Cornelio Nepote, que es quien nos ofrece una determinada visión de los Gracos. Entonces, pensamos que esas cartas han sido escritas por él porque, en realidad, son reproches de Cornelia a su hijo menor. Ya que ha decidido tomar el testigo de su hermano y levantar otra vez la bandera de la reforma agraria. Esto es difícil que Cornelia lo hubiera escrito por el sencillo motivo de que ella lo apoyó.
Las viejas aristocracias latinas veían con desconfianza todo lo nuevo
P. Incluso, la posesión de cartas contrarias a cualquier grupo de poder senatorial podría llevar a procesos judiciales. La república clásica son aristocracias latinas que se pelean entre sí, tal como cuentas en la novela.
R. Sí, romanas más que latinas. En el caso de Cornelia, yo creo que ella sí escribió cartas. Y que Cornelia Nepote y otros historiadores se basan en esa memoria. Insisto, la tradición de escribir cartas no era extraña. Lo que pasa es que se nos han debido perder muchas fuentes del tiempo de Tito Livio. Conservamos, eso sí, una parte importante de la información gracias a la tarea legislativa de Tiberio y Graco. Tenemos fuentes suficientes como para saber que Cornelia fue muy importante en su tiempo y que los romanos eran conscientes de esto hasta el punto de erigirle una estatua en el foro. Era algo sin precedentes, no solo en la historia de Roma, sino en la historia del mundo antiguo: era una mujer viva. Cuando le levantan la estatua en el foro, al lado de los grandes padres de la patria romana, eso significa algo. Su fama traspasó las fronteras del mundo romano y no por casualidad Ptolomeo de Egipto vino a pedir su mano para que fuese reina.
P. ¿Es Publio Cornelio Escipión uno de los militares clave en el ascenso de la república de Roma? Antes de la batalla de Zama el poder latino era paralelo a los reinos helenísticos, incluso se podría decir inferior al citado Egipto ptolemaico
R. La segunda guerra púnica es el momento en que Roma ya no tiene más opción que morir o crecer. Porque la guerra con Aníbal le obliga a abrirse, a afianzarse en oriente y occidente. A partir de ese momento, digamos, es el gran despliegue del águila romana. Y Roma ya no tiene más remedio que abrazar ese mundo, todo ese mediterráneo.
Los ejércitos griegos en aquel tiempo eran estrictamente mercenarios en gran parte
P. Es un modelo distinto, militarmente, al de las campañas alejandrinas y helenísticas
R. Totalmente distinto. Y eso es lo que le da la ventaja y le permite ganar la guerra.
P. Hay más importancia de la caballería, acaba en su orden propio en el mundo romano (“equites”).
R. Los ejércitos griegos en aquel tiempo eran estrictamente mercenarios en gran parte. Y hay una clase romana que se llama “equites”, es cierto, pero no hay que asociarla necesariamente con la caballería. El ejército romano es un ejército que está basado en la infantería, aunque eso no quiere decir que no tenga caballería. Este tiene como modelo a un campesino soldado; un propietario de tierras que cultiva él mismo, con poca ayuda, y que otra parte del tiempo la dedica al ejército. Ese modelo entra en crisis en la segunda guerra púnica cuando los ejércitos de Roma se ven obligados a desplazarse tanto.
P. Te adelantas a mi siguiente pregunta: la dualidad agricultor – legionario que llega incluso al plano de Gladiator, tan plagiado, donde el protagonista toca el trigo con la palma de la mano
R. Claro, porque en el mundo romano, en la mentalidad romana, se estaba muy orgulloso de haber sido agricultor y de los callos en la labranza. Al cónsul Lucio Quincio Cincinato, que llegó a dar nombre a un estado norteamericano, le nombran dictador por una gran crisis, una invasión gala, y la legación del Senado lo encuentra arando. Y él no acepta porque no tiene a nadie para que le hagan los campos. Es decir, que para un romano no era un desdoro tener callos en las manos.
P.¿Es el problema social el que recorre toda la novela y el periodo histórico hasta la llegada del imperio? Es decir, el a la tierra y la pugna elites y plebe
R. Es la gran crisis romana de la república que termina con esta: la aparición de los hijos de Cornelia, los Graco, y su proyecto político de reforma agraria es lo que anuncia que esa república está haciendo aguas por todas partes. Se está gestando una crisis social de proporciones bíblicas. Así, la muerte de los dos, el fracaso de su plan político va a desencadenar una espiral de guerras civiles que acabará con la república. Este es el momento, digamos, que empieza la cuenta atrás.
P. ¿Sabes que la historia de los Graco, aquellos reformadores sociales, llega hasta la revolución sa? El revolucionario Babeuf se apodó “Graco”
R. Sí, sí…
P. Esa frase de Gustavo Bueno sobre los revolucionarios ses: “se vistieron de romanos”
R. Pero eso es un poco la búsqueda del neoclasicismo para diferenciarse del tremendo barroco español. Habían puesto un estilo alternativo.
P. Otro parecido: cuando se guillotinó a Robespierre se gritó “abajo el máximo”. Era el gravamen a los consumos, algo tan querido por los Graco. Los parecidos son tremendos.
R. Son tremendos. No sé quién decía aquello de que “toda novela histórica habla del momento contemporáneo” y esto es algo que yo quería plantear también como reflexión para el lector: hasta qué punto las crisis sociales que rompen los consensos que han permitido a una sociedad afianzarse, estabilizarse, prosperar, etcétera, etcétera, no son semejantes y se parecen los unos a los otros. Y hay enseñanzas que de un lado podemos llevar hacia nuestro presente ahora mismo.
P. ¿Era una institución tan cruel como en tiempos contemporáneos la esclavitud en Roma? La presentas a través de tu protagonista como un sistema de preceptores, pero no parece que todos fueran así
R. A ver, es que yo creo que a nosotros nos cuesta mucho entender cómo la esclavitud era en el mundo antiguo. En La Odisea tienen sus propios esclavos.
P. Escohotado afirma que la esclavitud, a la larga, da producción decreciente en 'Los enemigos del comercio'. Tiende a ser abolida.
R. Yo creo que nosotros, cuando pensamos en la esclavitud, vemos un modelo que es el del XIX. Este modelo secundario, el europeo, llevaba existiendo siglos en otras formas con diferencias en determinadas zonas y no sé si podemos equipararlos. En Roma, por ejemplo, había esclavos que tenían más poder que muchos ciudadanos romanos. Tienes muchísimos libertos que tenían infinitamente más poder y eran más ricos.
P. A mí me fascina la figura del preceptor esclavo, que estableces bien en tu novela. Recuerda a las amas negras del sur de EE. UU. que fueron las que salvaron las tradiciones “redneck” allí de manera inadvertida.
R. Sí. Tendemos a ver la esclavitud como algo hiper monetario y mercantilista. Y un esclavo es una cosa valiosa, tremendamente valiosa ¿Cuánto le cuesta Euriclea a Lartes, padre de Odiseo? Veinte bueyes; valía más que un barco. Un esclavo era una propiedad de lujo.
P. Quiero acabar reincidiendo en el problema social, ¿es este el que llevó a la caída de la república romana? La resistencia de las elites a conceder tierras llevó al triunfo de la demagogia populista de Julio César; heredero de los Graco y Mario
R. No, ahí no estoy de acuerdo contigo: esa es la visión de Polibio. Lo que proponen los Gracos es justamente una fórmula para que la república pueda resolver una crisis social que la va a llevar a su acabamiento. Los Gracos lo que están intentando es recuperar la antigua legislación republicana. Es decir, la renovación de la Leges Liciniae-Sextiae y que va a proporcionar una base social de propietarios. Esto le dará una estabilidad a Roma que sus enemigos, Cartago, no tienen. Aníbal tenía mejores ejércitos y no consiguió derrotar a Roma porque esta tenía detrás de las legiones un sistema social del cual todos carecían. Los Gracos, así, pretendían que las tierras que formaron los grandes latifundios, en manos privadas saltándose la ley, vuelvan a la titularidad estatal. Y así serían otra vez repartidas entre los ciudadanos como lo fueron en los siglos anteriores. Con Mario, ya que lo has citado, los legionarios respondían al jefe, no a Roma. Eso no había ocurrido así porque los militares se turnaban anualmente de un general a otro.
P. El Senado solía asignar legiones a los generales. Temían siempre el militar golpista.
R. Normalmente había dos y dos.
P. Volviendo al tema social en época clásica, tu paisano Cánovas del Castillo afirmaba sobre las ciudades estado griegas “en el fondo de aquellas míseras repúblicas griegas, que concluían todas por la tiranía, no hubo durante mucho tiempo más que una cuestión, la cuestión entre los ricos y los pobres, la cuestión entre los propietarios y los proletarios”
R. Yo no podría simplificar eso en esos términos y hay muchos siglos de evolución. En Esparta, con gran importancia de las mujeres, se dieron cuenta de la importancia de la natalidad: las espartanitas tenían muchos espartanitos (risas). A falta de mujeres, sociedades patrilineales, en el resto de sociedades helénicas los hombres se echaban a la mar a colonizar. Así se llenó Asia Menor y Magna Grecia de griegos. Los espartanos no lo hacían, con un cálculo inteligente y curioso, pero eficaz.
P. Todavía Alejandro temía a los lacedemonios: no los atacó en su gran campaña.
R. No, no ataca a Esparta: los teme. Las espartanas tenían muy mala fama en el mundo griego porque tenían propiedades. Fue una sociedad que comprendió que la mejor manera de tener niños sanos y bien alimentados era tener mujeres sanas.
Yo creo que en el siglo XIX hasta el último alcalde de pueblo posiblemente te podía hablar de los Gracos sin dificultad
P. Quiero ponerme ultraconservador, estar en el bando de Sila ¿No era ampliar los derechos de ciudadanía en la república romana hacerla pasto de demagogias populistas? El ejemplo latinoamericano es reciente en el siglo XX y Mario fue un modelo
R. Es cierto, pero si no hubiera habido Mario, probablemente habría habido más bandos contendientes y una situación de crisis aún mayor. La palabra tirano en la historia griega no tenía, para nosotros sí, un valor negativo. El tirano, que ejerce de dictador, en un momento determinado es un sujeto al que se le entrega el poder: se juzga que es necesario que un individuo tenga las manos libres y tire para adelante como pueda para intentar resolver problemas que de otra forma no se podrían resolver.
P. Eran momentos de excepcionalidad. A los ultra demócratas actuales no les entra en la cabeza que la dictadura estuviera legislada en tiempos romanos y fuera temporal.
R. Sí, sí, eran magistraturas temporales; excepcionales. Es una idea que es fundamental: los romanos votaban a dictador. El poder colegiado, los cónsules, votaban una dictadura.
P. Para acabar, ¿Cuántos políticos actuales conocen a estos héroes clásicos que sirven como lección y augur para todos ellos? En el siglo XIX todos conocían estas luchas sociales al dedillo
R. Yo creo que en el siglo XIX hasta el último alcalde de pueblo posiblemente te podía hablar de ellos sin dificultad. Y ahora mismo, pues no quisiera ni tener que responder a la pregunta: imagina ir al parlamento europeo y que haya alguien que pueda responder quiénes eran Tiberio y Cayo Graco.
jmms1950
08/06/2025 19:34
Cincinnati no es un estado, sino una ciudad del estado de Ohio, EE. UU..